sábado, 6 de mayo de 2017

Las lagunas del góber Gali


No pretendas apagar con fuego un incendio,
ni remediar con agua una inundación.
Confucio
Por Alejandro C. Manjarrez
José Antonio Gali Fayad ingresó a la fragua donde se templa el carácter de los políticos. Sin embargo, el corto tiempo de su gestión le impedirá adquirir la consistencia que permite a los gobernantes ubicarse en el espacio de la buena fama pública, lapso (un año diez meses) que apenas le alcanzará para medio proteger y ayudar a Rafael Moreno Valle, su amigo, padrino, promotor y antecesor.
La fragua en cuestión fue atizada con el fuego de la gasolina que desde hace años ordeñan los llamados huachicoleros, grupo que se fortaleció gracias a la complicidad de los jefes policiacos contratados por el gobierno de Rafael Moreno Valle (Marco Antonio Estrada López y Tomás Méndez Lozano, dos de los colaboradores de confianza de Facundo Rosas). Este antecedente impidió al mandatario Gali precisar el por qué se agravó el problema, hechos que bien conoce dado que existen desde que él formó parte del gabinete de su amigo, espacio donde el secretario de Seguridad Pública era Facundo Rosas, ni más ni menos.
Gracias, pues, al conflicto enunciado, Tony Gali fue parte de la noticia nacional. En sus primeras apariciones mediáticas se mostró medio descontrolado (Joaquín López Dóriga lo zarandeó). Pero más tarde intentó compensar su novatez mostrándose confianzudo y cariñoso al mencionar a los secretarios de Enrique Peña Nieto. Poco a poco fue articulando sus frases hasta encontrar el mensaje donde mañosamente olvidó lo que comento líneas arriba. Es obvio que tal retórica le fue recomendada por los custodios políticos que le dejó Rafa, precisamente para cuidarlo y orientarlo (Javier Lozano y Diódoro Carrasco). Por ello, supongo, las omisión de los datos referidos, antecedentes que sin duda afectan la imagen de quien se ha revelado como una nueva pluma literaria nacional.
Al discernir sobre lo comentado arriba, concluí que José Antonio Gali Fayad podría llegar a ser un político de altos vuelos siempre y cuando su mandato durara seis años y a él no le diera por cantar y bailar. Esto, claro, después de haberse quitado la brida de Rafael Moreno Valle, dogal que garantiza la libertad de acción en Puebla de quienes tienen a su cargo el manejo de la imagen morenovallista, así como la recopilación de todo aquello que sirva para limpiar el camino que conduce a Los Pinos.
Por culpa de los huachicoleros y/o miembros del crimen organizado, a los tres meses de su gobierno, el buen Tony ingresó con estruendo mediático a la fama nacional. Por ello y ante tanto ruido no le queda de otra mas que comportarse como estadista para poder escapar del segmento ése que agrupa los personajes tristemente célebres.

@replicaalex