domingo, 26 de mayo de 2013

Paradojas políticas de Puebla


Maurits Cornelis Escher, Relativity (1953) & Convex and Concave (1955)
 
Por Alejandro C. Manjarrez
La dirigencia estatal del PRI denunció al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, por lo que ellos llaman injerencia del gobierno en el proceso electoral. La denuncia de marras obedece a la forma como se cocinó la candidatura de Tony Gali Fayad, así como a la propaganda para promocionarlo, evidentemente con el auspicio personal y la figura del mandatario (mostraron fotografías de los espectaculares donde aparecen el gobernador y su pupilo).
Ante tal denuncia pública, Moreno Valle sólo sugirió que se pasaría por el arco del triunfo ese tipo de acusaciones, actitud que confirmó cuando dijo que los fines de semana haría acto de presencia en las campañas de sus partidos (hay varios unidos). Incluso lanzó la puya al asegurar que usaría dinero de su peculio para reimprimir la ley electoral con el fin de que sus detractores la leyeran, estudiaran y entendieran el por qué él no violenta la ley.
Y en efecto, Moreno Valle no ha transgredido el mandato electoral porque fue acondicionado precisamente para posicionar la figura y el apelativo de Tony Gali, un hombre cuyos cantos, dinero y simpatía deben haber cautivado al ciudadano Gobernador.
Rafael se dio el lujo de usar el talento contratado ex profeso por su gobierno para armar la tramoya electoral hoy en funciones, misma que le ha permitido ejercer el poder sin quebrantar el estatuto referido.
Ya lo dije en este espacio pero debo repetirlo: antes puso en acción ese poder con el fin de marcar a los “líderes” del PRI de Puebla con el sello del presunto delito derivado del manejo heterodoxo o ilegal de los recursos públicos, estatales y federales. Al mismo tiempo y como complemento estratégico, cooptó a los priistas marginados por sus propios dirigentes: lo hizo bajo el principio de la pluralidad y la inclusión en el reparto de candidaturas panistas, petistas, aliancistas, comprometidas y presuntamente sociales.
Con todo ello y un poco más llegamos al proceso electoral que cambiará alcaldes y diputados con la ley electoral y la Constitución modificadas para (como se ha dicho hasta el hartazgo) ampliar el ejercicio de la próxima legislatura y los ayuntamientos (cuatro años ocho meses). También se estableció la mini gubernatura de un año ocho meses que, si todo le sale bien al grupo en el poder, ampliaría el mando hegemónico del morenovallismo.
Como verá el lector, las condiciones fueron preparadas por los rafaelianos con la intención de que PRI pierda la elección en la capital del estado y otros municipios importantes, circunstancia que nos ubica ante lo que sería una paradoja con tres vertientes; a saber:
1.- De ganar la presidencia municipal de Puebla, Enrique Agüera Ibáñez se convertiría en el héroe de la película ya que salvaría al PRI de la derrota más ignominiosa del siglo en su historia local. Y digo deshonrosa debido al liderazgo natural del presidente Enrique Peña Nieto, cuya presencia pública, fuerza política (Pacto por México) y priismo a ultranza serían ofendidos si su partido llegara a perder la capital poblana. Imagínese pues a los priistas detractores de Agüera (que por cierto son muchos) aplaudiéndole por haberlos rescatado de la vergüenza infringida por las derrotas anteriores, el comportamiento heterodoxo de sus líderes y las traiciones de ex priistas que hoy contienden en su contra amparándose en membretes de otros partidos.
2. La derrota del candidato de Puebla Unida, cuya presencia, crecimiento y preparativos político-legales forman parte del proyecto de Rafael Moreno Valle, propiciaría que éste quedara muy mal parado con sus panegiristas y lambiscones, los mismos que lo presumen como el mejor activo del PAN. Y
3. El triunfo de Tony Gali Fayad sería consecuencia de lo apuntado líneas arriba, victoria que no tendría chiste si partimos de que el gobierno estatal en pleno, el Congreso local casi en pleno y el tanque de cerebros de Rafael trabajaron y trabajan para que esto suceda.
Tenemos así que en esta gran batalla son dos los generales y que uno de ellos derrotará al otro: Agüera contra Moreno Valle. Es probable que hasta hace poco ninguno de ellos imaginara lo que representaría este proceso electoral dado que ambos, gobernador y rector, caminaron de la mano para llevar la fiesta en paz.
@replicaalex