domingo, 28 de abril de 2013

La Feria política de Puebla


Imagen tomada de http://laorquesta.mx


Por Alejandro C. Manjarrez
Preguntas para nutrir el pesimismo… o el optimismo, depende.
¿La de Enrique Agüera Ibáñez y Tony Gali Fayad, será una contienda civilizada?
¿Seremos testigos de una lucha ruda, cochina, satánica, mística, lodosa, llena de boñiga?
¿Veremos un duelo de vencidas entre Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle?
¿En el fuego amigo de ambos bandos, habrá balas de goma o bombas digamos que inteligentes?
¿Quién ganará: el que tenga la bendición del “Señor de las Maravillas” o el que goce de la protección del Cristo de Chalma?
¿Cuál mano podría ensuciar el proceso, la del “precioso” o la del “hermoso”?
¿Funcionará la Ley del Péndulo para que persista la alternancia en el municipio de Puebla?
¿En qué cuarto de guerra leeremos: “es la economía estúpido”, y en cuál: “no es la economía es la política estúpidos”?
¿La de Enrique y Tony será una lucha de frases o una lucha de clases?
¿Tendremos en Puebla un símil de Maduro y una copia de Capriles?
¿Se validará la sobada expresión: “lo mejor está por venir”, o resurgirá la osada frase: “anoche tuve un sueño”?
¿La elección municipal se judicializará?
Mientras pensamos y apostamos por cuáles serían las respuestas a las interrogantes enunciadas, veamos los rasgos que destacan en los perfiles de Agüera y Gali. Tal vez podamos configurar el escenario electoral que respondería algunas de esas dudas, cuestiones o suspicacias:
Agüera es un académico con visión.
Gali es un pragmático exitoso.
Agüera es estratega natural.
Gali es producto de una estrategia.
Agüera es un hombre de equipo.
Gali es parte del equipo de un hombre.
Agüera es él y su circunstancia.
Gali es fruto de la circunstancia.
Agüera va por todo.
Gali, todo va por él.
Agüera busca el consenso de los poblanos.
Gali consensa la búsqueda de poblanos.
Agüera conoce la pobreza.
Gali reconoce la riqueza.
Agüera es un promotor cultural.
Gali rinde culto a la promoción.
Agüera tiene buen olfato para el dinero.
Gali huele a dinero.
Agüera se hizo político.
Gali fue hecho político.
En este ejercicio digamos que intelectual, si Usted es un redomado optimista tal vez encuentre algunas pistas para definir su voto o simpatía por cualquiera de estos candidatos. Pero si es el pesimismo lo atrapó, entonces quizá descubra o se tope con aquello que puede servir para precisar quién es quién en esta historia que, me atrevo a suponer, hubiese encantado a Norman Mailer o, en un descuido, a Mario Puzo.
Concluyo con el final de mi columna del 19 de marzo pasado (El palenque político de Puebla) rogándole ponga de fondo la música ranchera que le agrade:
Le pregunta el novel jugador a uno de los galleros del palenque:
Oiga, ¿y cuál de los gallos es el bueno?
—El giro, mi amigo. Ése es el bueno —responde el amarranavajas.
El apostador mete todo su dinero al giro y nada que su gallo pierde la pelea. Va a ver al asesor casual y le reclama airado:
—¡Ya ni la jode usted! ¡Me engañó! ¡Perdió el giro!
—No amigo, no lo engañé —contestó el increpado—. Usted preguntó cuál era el bueno y yo le respondí. Si me hubiese preguntado cuál ganaría le habría dicho que el colorado, que es un gallo jijo de la chingada.
Ahora sí hagan sus apuestas.
@replicaalex

 

martes, 23 de abril de 2013

Los apapachos de Peña Nieto y Moreno Valle


 
Por Alejandro C. Manjarrez
Enrique Peña Nieto puso por primera vez sus republicanos zapatos en el suelo gobernado por Rafael Moreno Valle. Y no hubo fuchis ni gestos ni mensajes pesimistas. Los dos se reunieron mostrándose como histriones de la empatía (lo digo con todo respeto). Y con esa calidad mandaron el mensaje que decepcionó a los amarra-navajas y a los pesimistas de ambos bandos, el priista y el panista. César Camacho Quiroz, lo explicaría de la siguiente manera: Rafael y Enrique comieron sapos y ranas… y pidieron más.
Tanta cortesía y decencia trajo a mi memoria una de las caricaturas de la infancia, donde el personaje sale de su hogar para dirigirse al trabajo cuidándose de no aplastar a las hormigas y salvar a cuanto animalito se le atravesaba. Todo marchó bien hasta que el amable y bondadoso caballero (míster Goofy) llegó a la cochera, se subió al auto y empezó a manejar. En ese momento cambió su personalidad transformándose en un conductor agresivo, enojón, atrabancado y mienta madres.
(Aquí la liga: http://youtu.be/0ZgiVicpZGk).
Así imagino a los gobernantes mencionados. O sea: amables, solidarios, incluyentes, bondadosos, y hasta afectivos. Pero ¿y qué pasará cuando ambos se trepen al coche electoral para sentirse dueños de todo aquello que les rodea? Supongo que cada cual será el comandante en jefe de la lucha cuyo objetivo es conservar la fama de triunfadores, la misma que forjaron gracias al resultado de las contiendas electorales donde han participado, incluidas las personales. Creo pues que la caballerosidad pasará a segundo término.
Aparte de esta mi personal percepción, lo demás incluidos los discursos siguió el guion republicano que ha puesto en boga el gobierno de Peña Nieto. Mientras que el Gobernador poblano se mostró incluyente, participativo y solidario con el proyecto de la República (su discurso fue cuidadoso y tan bien articulado que nos recordó sus gloriosos días de priista), el Presidente habló para validar el oficio político que lo proyectó al lugar que hoy ocupa. El propio Moreno Valle dio sustento a lo que acaba usted de leer cuando en uno de sus mensajes en Twitter escribió: “Agradezco al Presidente @EPN, su gira de trabajo por #Puebla para participar en foro de consulta México incluyente”.
Ahora bien, menciono lo de oficio político porque el Foro sirvió a Peña para traer a colación el espíritu democrático que anima a su administración con el fin de escuchar y ponderar las opiniones y los diferendos que, por ejemplo, acaban de manifestarse con motivo de la chabacana actitud del mandatario veracruzano Javier Duarte de Ochoa. Digamos que le quitó presión a la olla de grillos llamada Pacto por México. Más tarde Peña Nieto escribió lo siguiente en la página de la Presidencia de la República:
“En Puebla, hoy tuve la oportunidad de participar en el Foro de Consulta Ciudadana para lograr un México Incluyente; con la gran motivación de encontrar las mejores políticas para elevar la calidad de vida de los mexicanos.
“Como sociedad y como país, debemos atender la deuda social que tenemos con quienes más lo necesitan. En ese propósito, hemos puesto en marcha un conjunto de programas sociales de nueva generación, como son:
“La Cruzada Nacional contra el Hambre; el Programa de Pensión para Adultos Mayores y el Seguro de Vida para Mujeres Jefas de Familia, programas que se suman a otros existentes, como Oportunidades y el Seguro Popular.
“Lo que queremos, en el mediano y largo plazos, es establecer un Sistema de Seguridad Social Universal, que cuide a los mexicanos durante todo su ciclo de vida, que asegure el derecho a la protección de la salud y que fomente la formalidad laboral.
“Además, el Gobierno de la República vigilará que nadie lucre con las carencias y necesidades de las personas; tampoco tolerará el uso electoral de estos programas sociales…”
Al hablar de los programas sociales lo hizo creo para de manera tangencial referirse al caso que produjo la denuncia penal contra Rosario Robles. Y en la última frase subrayada por la propia Presidencia de la República, podría estar el mensaje a Moreno Valle. Algo así como: “Claro que me molesta lo ocurrido en Veracruz y más el juicio político contra el gobernador y la secretaria Robles. Así que toma nota porque sobre ti podría caer todo el peso de la ley si dotas a tus candidatos (casi todos) del calor del poder que ejerces. Una vez trepado en el coche electoral no respondo chipote con sangre...”
A mi juicio, esto fue lo más rescatable de la primera visita del Presidente a la Puebla variopinta gobernada por el mandatario panista quien, dadas las circunstancias auspiciadas por Gustavo Madero (caso Veracruz), de aquí en adelante padecerá el marcaje personal de los priistas en el poder.
Como diría el clásico: el que las hace no las consiente.

@replicaalex

domingo, 21 de abril de 2013

Los dardos de César Camacho



Por Alejandro C. Manjarrez
Hay lecturas obligadas para los políticos en el poder. Las entrevistas, por ejemplo. Sobre todo las que conceden los rivales en cuya mano está el control electoral de su partido. Si sus “enemigos” las analizaran podrían darse cuenta por dónde masca la iguana y, en consecuencia, tomar sus providencias para, valga la figura, medirle el agua a los camotes.
Leo en el periódico Milenio una de esas interviú, en este caso más que reveladora. Me refiero al “encuentro semántico-intelectual” entre el periodista Fernando del Collado y el político César Octavio Camacho Quiroz. El primero punzante y cabrón. Y el segundo avispado y rezongón.
Bien el entrevistador.
Excelente el entrevistado.
Al decir “lecturas obligadas para los políticos en el poder”, me refiero a los gobernantes comprometidos con su partido (o con las alianzas) para dar buenas cuentas electorales. Rafael Moreno Valle, por citar a uno de ellos. Javier Duarte de Ochoa, por contrastar con otro personaje. El primero panista y el segundo priista. Rafael enemigo natural del PRI. Y Javier aliado incómodo de su propio partido.
Cito a los mandatarios de Puebla y Veracruz porque ambos encajan en las opiniones que vertió Camacho. Sin haberlo mencionado, el poblano como uno de los ex priistas y gobernadores a los que se enfrentará el PRI. Y Duarte de Ochoa como el priista que en un descuido podría propiciar que sus correligionarios se agarren del moco, siempre y cuando los ex priistas veracruzanos hagan un trabajo parecido al que hizo el infiltrado a la reunión grabada y difundida hasta el hartazgo: la del combate contra el hambre (¿de poder?).
En fin.
Las siguientes preguntas y respuestas caen en el ámbito de cada uno de los Ejecutivos mencionados. Así que transcribo lo que según yo debería interesarles.
Para el poblano:
“¿Cómo somos los mexicanos?”, pregunta Collado
“Entrones, exigentes, unidos. Nos gusta que las cosas se hagan pronto”, responde Camacho.
“¿Sumisos?”, lanza el entrevistador.
“No. Yo creo que no”, se defiende el entrevistado.
“¿Tontos?”, cuestiona el de Tragaluz
“¡Menos!”, revira el presidente nacional del PRI.
“¿Priistas?”, pica Fernando.
“Algunos, la mayoría”, amenaza César.
“A propósito, ¿ya amarraron carro completo para este 7 de julio?”, trampea el periodista.
“El carro completo ya no existe. Lo que sí queremos es ganar todo lo que más podamos”, define el dirigente.
“¿Con estructuras paralelas electorales?”, reta Collado.
“No se necesitan ningunas estructuras paralelas. Las nuestras son muy buenas y muy robustas”, presume Camacho.
Por aquello de las dudas aclaro:
Lo que podría encajar en el ánimo del mandatario de Puebla, es aquello que establece (o promete) que los priistas son unidos, entrones, exigentes; que llegaron al poder para defenderlo y luchar en serio contra sus adversarios políticos; que quieren ganar el mayor número de posiciones electorales; y que no usarán ni permitirán que operen las estructuras paralelas en su contra. Más adelante le comento lo que parece un dardo dirigido al mismísimo pecho del representante del poder Ejecutivo poblano.
Antes la dedicatoria para el veracruzano:
“¿Miente el PAN?”, dispara el entrevistador.
“El PAN está obligado a comprobar jurídicamente lo que está afirmando”, argumenta el de Atlacomulco.
“Por cierto, ¿qué le está pasando a Javier Duarte?”, muerde Fernando.
“Es un político combativo, enérgico y es veracruzano. Para los veracruzanos un veracruzano”, sentencia el astuto César Octavio.
“¿Amenazador?”, espolea el domador de sus entrevistados.
“No. En la política no caben las amenazas”, repara el priista.
“¿Se sentirán impunes?”, ataca Collado.
“No. En este país, con Enrique Peña como presidente, nadie puede sentirse impune”, responde Camacho en su calidad de general peñista.
El dardo
En otro de los segmentos de la entrevista me topo con la pregunta y la respuesta que resultan reveladoras si las ubicamos en la esfera de quienes forman parte de la, permítaseme la expresión, burbuja peñanietista. Vea usted:
“Nos puede adelantar, ¿quién traicionó a La Maestra?”, aprieta el periodista.
“Si alguien traicionó a La Maestra, fue La Maestra”, tuerce el líder del PRI.
“¿Ya no es su amiga?”, ironiza Fernando.
“Nunca fue mi amiga. Mi estatus afectivo no ha cambiado”, se defiende Camacho.
Hasta aquí las citas de la primera parte de la entrevista.
Las entrelíneas de este fragmento de la entrevista muestran que tanto Peña Nieto como su equipo están dispuestos a valerse de cualquier circunstancia política o jurídica para cobrar afrentas, como las de Elba Esther. Por ella, por su traición, en el 2006, no sólo les fue imposible recuperar la presidencia de la República, sino que el PRI cayó al tercer lugar, lo mismo que acaba de pasarle al PAN.
Ahí está el dardo: quienes traicionan al PRI se traicionan a sí mismos.
Esperemos la publicación de la segunda parte que desde luego analizaremos.
@replicaalex 

lunes, 15 de abril de 2013

Los candidatos del góber


Senos turgentes, Ernest Chiriaka (1913-2010)


Por Alejandro C. Manjarrez
“El amor en tiempos de política”, podría llamarse el episodio electoral que estamos viendo. Amor, cariño añejo, afición crónica, pasión malsana, fuerza espiritual, o como se le ocurra al lector definir al atractivo del proceso que ya inició cuya intención es conservar el control del gobierno. Al final de cuentas seremos testigos de una lucha para conquistar a esa mozuela siempre joven y bella llamada poder, cuyos pechos permítaseme recordar a Federico García Lorca, en cuanto se tocan, se abren como ramos de jacintos.
Pues sí, se trata de la gran ubre que ha amamantado a miles de servidores públicos, misma que los actores no sueltan hasta que se mueren o la sociedad termina por retirársela valiéndose de la crítica, las denuncias y el sufragio efectivo y secreto.
A partir de este antecedente por cierto bien conocido y, en algunos casos, dominado por las estrellas del PRI, PAN y PRD, los políticos se han preparado a conciencia para prevalecer asidos a los pezones de semejante mama. Unos, los previsores, manejándose bajo el principio del estadista preocupado por la próxima generación. Y otros, los pragmáticos, vendiéndose como renovadores empeñados en modernizar todo, incluidas las leyes que convierten en trajes a la medida.
Lo curioso es que en Enrique Peña Nieto y Rafael Moreno Valle Rosas, coinciden las características enunciadas. Esto porque uno y otro parecen estadistas y a la vez políticos pragmáticos empeñados en no permitir la injerencia en sus ámbitos de poder, en este caso el electoral: eso de que no meten mano en los procesos, nadie se los cree. Y si por alguna extraña razón se hubiesen abstenido de hacerlo, simplemente nunca habrían llegado hasta donde están.
Menciono al Presidente y al Gobernador porque en Puebla los veremos enfrentándose para demostrar a la sociedad cuáles son los chicharrones que habrán de tronar después del próximo mes de julio. En uno y otro caso valiéndose de las leyes acondicionadas ex profeso (los trajes a la medida). Las nacionales para controlar el poder de los gobernadores. Y las locales con la intención de atemperar (o eliminar) los efectos del máximo poder, el presidencial.
Los candidatos serán el vehículo para llegar a esa meta. Y en algunos casos los conejillos de indias que servirán para probar si funcionaron bien los cambios que se han hecho tanto a los estatutos partidistas como a las leyes. Las alianzas electorales, uno de ellos. Otro: el acondicionamiento de periodos de gobierno para hacer coincidir la elección local con la federal. Uno más: la autorización de la autoridad electoral para que se deforme el nombre de los postulantes y no se pierda el efecto de la propaganda anticipada. Y el más visible empatado con el anterior: la manipulación de la ley electoral con el objetivo de anticipar la promoción de quienes resultaron beneficiarios por, valga el eufemismo, la candidatura por consenso o unidad.
¿Marionetas, robots o qué?
Lo que no tiene nada de romántico pero que obedece a ese “amor en tiempos de política”, es el cambio de tálamo a que fueron obligados (o convencidos, ya se verá) los servidores públicos que habían protestado cumplir con la Constitución y las leyes que de ella emanan: así como arribaron al puesto con la bendición del gobernante, con esa misma bendición lo abandonaron para participar en las próximas elecciones. Su inspiración: validar y fortalecer el proyecto morenovallista que hoy se enfrenta a otro proyecto: el de Peña Nieto.
Decía un apreciable amigo y profundo conocedor de los intríngulis de la política local y nacional: Rafael y Peña Nieto lanzarán a la contienda a sus perros. Pero mientras los de uno son French poodle, los del otro son Gran danés.
Para quitar el sentido peyorativo al comentario anterior diré que el tamaño de los ejecutores del gobernador es menor a la estatura política de los agentes del presidente. De cualquier forma unos y otros se manejarán de acuerdo con la directriz de sus jefes atentos a esta lucha donde el que no acepte la función de títere adoptará la de robot u otra que le asignen. ¿Exagerada la figura? Puede ser y por ello anticipo mi disculpa a quienes se sientan ofendidos. Sin embargo, créame el lector que no encontré otra opción para definir lo ocurrido, fenómeno político que resumo con el siguiente ejemplo:
Los secretarios morenovallistas de Salud, Gobierno, Infraestructura, Turismo y Contraloría, quienes por cierto antes de serlo nunca habían concebido la idea de pedir el voto ciudadano para ellos, se les aceptó la renuncia o licencia (otro eufemismo) para darles oportunidad de ser electos a un cargo de elección popular. También se separaron algunos de los mandos medios que habrán de adicionarse a las campañas con el fin de manejar los cuadros que lucharán contra el priismo de Peña Nieto. Todos ellos encariñados con la camiseta variopinta.
¿Gobernante kamikaze?
Visto con los ojos de la tradición política, la próxima elección podría ser terrible para el mandatario poblano: si gana dejaría ofendido y muy mal parado al presidente de la República, con las consecuencias presupuestarias y draconianas que ello conlleva. Y si pierde, la derrota mermaría ya no sus posibilidades de sucesión presidencial (que son mínimas), sino la realización de los proyectos que requieren del aval de los diputados y el consenso de la opinión pública.
El lector podría cuestionar al que esto escribe diciéndome que Moreno Valle no es candidato. Y así fuese el columnista respondería: No, no lo es pero quienes sí lo serán o están en el ajo lo representan en presencia, pensamiento y obra; es decir, son sus clones y como tales participarán en el proceso electoral. Y obvio, sienten por él desde el cariño añejo hasta el afecto crónico o la atracción espiritual, depende. Es el líder pues.
He omitido los nombres de los candidatos del góber porque cada cual merece una mención especial.
En esas andamos.
@replicaalex

viernes, 12 de abril de 2013

Tehuacán y sus historias


El huevo rojo, de Oskar Kokoschka (1886-1980)
 
No hace falta un gobierno perfecto;
se necesita uno que sea práctico.
Aristóteles

Por Alejandro C. Manjarrez
Los simulacros suelen prevenir y ayudarnos a enfrentar con responsabilidad los desastres naturales. Pero también sirven para hacer tanteos políticos y electorales con un agregado: se realizan en municipios que por su tamaño y conformación social representan el comportamiento electoral de alguna región e incluso hasta de una entidad.
Bajo ese esquema, en Tehuacán se realizó la elección “piloto” sui géneris autorizada por el maestro al alumno consentido: léase Melquiades Morales y Rafael Moreno Valle, respectivamente. Había que meterse a explorar la selva del marketing político. Y la Ciudad de las Granadas resultó el escenario ideal.
“¿A qué sabrá esa chingadera?”
Nos platican los cronistas que Tehuacán ingresó a las referencias nacionales cuando Gustavo Díaz Ordaz —a la sazón en campaña como candidato presidencial— se topó con un letrero espectacular que decía: “Tehuacán con Díaz Ordaz”. Simpático (aunque el amable lector no lo crea, el tipo lo fue) y de inteligencia aguda, don Gustavo preguntó al coordinador electoral: “Oiga, ¿y a qué sabrá esa chingadera?”
No sobra decir que los votantes de Tehuacán (como todos los poblanos de la época) manifestaron al candidato presidencial su irrestricto e incondicional apoyo por tres elementales razones: era poblano, no había oposición de peso y tampoco existían cacicazgos que se opusieran al hombre cuya fama de duro provenía de su cargo de secretario general de Gobierno en uno de los mandatos de la época avilacamachista, cuando empezaba a crecer la que después se convirtió en la más importante industria avícola de México. En este proceso huevero se insertó Amador Hernández, el cacique al servicio de Socorrito Romero, la dama que durante décadas controló la vida económica y política de la región.
Con dinero baila el perro
El caso es que en Tehuacán —segunda ciudad en importancia económica en el estado— se ensayó el esquema electoral que habría de orientar al equipo morenovallista. Para ello eligieron al peor de los candidatos tanto por su falta de carrera política como por su presencia física y sus pocas luces intelectuales; ah pero eso sí, con un plus: su solvencia financiera. Una vez registrado el candidato se puso en acción la estrategia electoral que rompió los diseños tradicionales, incluida la campaña gráfica que llamó la atención de los electores del municipio. El PRI logró remontar las encuestas que no le favorecían (CISO y Mitofsky), hasta recuperar 38 puntos. Esto es: de ir abajo 14 terminó con 24 arriba del PAN. Lo interesante es que en aquella contienda funcionó bien el muñeco que diseñaron los estrategas del PRI de entonces (un colorido y enorme pollo), peluche que resultó más popular que el propio candidato, además de mayor tamaño, espléndido colorido y mucho mejor aspecto.
En esos lejanos días entrevisté a Antonio Peniche García, encargado de la campaña y a la vez subsecretario de Administración de Moreno Valle. Sucedió cuando Rafael fungía como secretario de Finanzas y Desarrollo Social. Según dijo Antonio, el éxito se debió a cuatro factores. Estas fueron sus palabras:
1.     Sensibilidad: “estuvimos cerca del pueblo, lo cual nos permitió hacer que sintieran suya la campaña”.
2.     Trabajo: “desarrollamos una intensa labor aprovechando todo el tiempo disponible. Nos entrevistamos con todos y cada uno de los grupos y trabajamos en todos y cada uno de los rincones del municipio”.
3.     Sentido común: “respetamos y trabajamos de acuerdo con el sentir de la sociedad de Tehuacán”.
4.     Orgullo: “mostramos el emblema del PRI y enfáticamente mencionamos sus aportaciones sociales y políticas que son detonadores del desarrollo de México”.
Después del triunfo en las urnas, el gobierno se olvidó de su candidato y puede ser que éste haya provocado vergüenza al grupo que lo usó como conejillo de indias. Todo es posible en la viña del Señor.
Nadie sabe para quién trabaja
Dio resultado lo que parecía un comic (por lo del pollo), estrategia que probó la eficacia del marketing llevado al extremo.
Doce años después surge la paradoja: el PRI revivió al conejillo de indias aquel (o pollo tricolor) pero ahora con el llamémosle plus que pudo haberle dejado el trabajar de alcalde con la estructura caciquil en su contra. Eran tiempos sin las redes sociales que hoy oxigenan la vida comunitaria, ausencia que permitía a los partidos manipular a sus electores y designar candidatos de muy bajo perfil.
Esta historia me lleva a preguntar lo que quizás estén preguntándose los ciudadanos de Tehuacán: ¿Qué vio el PRI en Álvaro Alatriste? ¿Por qué lo recicla?
Esperemos que no haya sido su liquidez financiera que, supongo (si todavía la conserva), le daría oportunidad de adquirir lo que se le ocurra, incluso (si acaso se dejan) hasta el voto o recomendación del o los delegados que tienen la responsabilidad de escoger y/o recomendar a los candidatos.
En fin, sea lo que fuere Tehuacán se convertirá en el palenque donde el gallo postulado por el PRI de Enrique Peña Nieto se enfrentará al pollo o gallina que habrá de postular el PAN de Rafael Moreno Valle. Lo interesante está en que una vez concluida la jornada electoral sabremos cuál de las estrategias políticas resultó ganadora. Lo curioso es que, a pesar de los priistas, en la política poblana —partidista o no— se nota el sello personal de Rafael Moreno Valle.

@replicaalex

miércoles, 3 de abril de 2013

Gilberto Bosques Saldivar



Por Alejandro C. Manjarrez
Cada vez que leo el nombre de Gilberto Bosques Saldivar, me entra una extraña desesperación combinada con el coraje que provoca la ignorancia histórica que atrapó a los políticos modernos. Lo veo y lo escucho diciéndome con la benevolencia y comprensión del maestro que fue para todos los que le rodeamos:
No te preocupes, así ha sido siempre; debemos tener paciencia y trabajar sin esperar recompensa. Si la merecemos, puede ser que algún día llegue, cuando ya no estemos para disfrutarla.
Pero ésa que es la voz del recuerdo convertido en conciencia, se topa con la fuerza del dáimon socrático empeñado en disuadir a su portador. De ahí que me pregunte y responda: “¿Paciencia? Ya no existe por culpa de muchos de los ‘servidores públicos’, los mismos que se alejaron de la cultura histórica y de las raíces ideológicas y sociales de México, las que con frecuencia manipulan para justificarse u ocultar su riqueza”.
Razono y mi espíritu se vuelve a insubordinar obligándome a protestar contra la ignorancia universal de algunos gobernantes, los que están como pasmados o inmersos en los lodos de la mediocridad. Entonces aparecen los recuerdos y los relatos que el propio Gilberto nos legó, herencia que el tiempo hizo crecer hasta convertirla en una de las luces que iluminan el trayecto del ejercicio periodístico: el mío y seguramente el de otros colegas.
Recapacito para en vez de protestar valiéndome de referencias políticas que validarían lo que pienso (nombres, incompetencia, actos, corruptelas, fechorías, fechas, olvidos, tonterías y hasta crímenes), acudir a las memorias donde hay datos y antecedentes que por su trascendencia podrían sacudir la conciencia de los gobernantes, incluidos por qué no los poblanos. Claro, siempre y cuando sepan leer. ¿Entenderían?
Después de valorar las crónicas y artículos que publicó la prensa nacional, todos ellos coincidentes con los merecidos homenajes que el mundo ha rendido a don Gilberto, concluyo que vale la pena intentarlo. Sin embargo, hay un problema: ¿qué hacer para obligar a los políticos de casa a entender la trascendencia del trabajo de Bosques? Es muy difícil porque sólo leen sus estados de cuenta bancarios. Sin embargo, no obstante esa muralla formada con cientos de ladrillos burocráticos, una vez más rescato este recuerdo con la esperanza de que sea leído por quienes ejercen el poder. El problema es que varios de ellos suponen que los libros y la historia causan cáncer.

Bosques, el poblano, ejemplo para el mundo

¿Qué hizo que Gilberto Bosques fuera un ser extraordinario, con una inteligencia brillante, con un singular sentido de fraternidad, con una gran capacidad para entender a sus semejantes, con la fuerza espiritual que hoy lo mantiene vivo en el recuerdo de cientos de miles de personas, y con una mirada fulgurante que en segundos escudriñaba para comprender las intenciones y sentimientos de sus interlocutores?
No sé. Lo que puedo decir es que todo indica que en él coincidió la energía del cosmos. Tal vez. O que se concentró en su organismo la herencia de sus antepasados. Es posible. Incluso pudo haber sido uno de los seres elegidos por la naturaleza o por Dios para cumplir la misión humanitaria que desde hace años le reconocen gobiernos, organismos y agrupaciones vinculadas con la justicia y el humanismo. Quizás. Él mismo nos dejó ver lo que podría ser una de las pistas, cuando a manera de homenaje su nombre fue inscrito en los muros del Congreso Local poblano. Tenía entonces 100 años de edad y dijo a los diputados de esa sesión solemne presidida por Manola Álvarez Sepúlveda, promotora de la iniciativa del merecido reconocimiento que en vida le dedicó el pueblo de su estado natal:
Ya como ustedes ven, soy un hombre a quien todas las cosas empiezan a dar rostros, señales de despedida... Nací en Chiautla, en una risueña casa inclinada sobre un flanco de la barranca del ojo de agua; es decir, nací en la entraña misma de aquella villa.... Lo recorrí todo... Entonces creo que me impregné de todo el vigor, el pluvio, la elocuencia, la palabra del agua y de las montañas... Después estuve en esta ciudad (Puebla) como estudiante. Y aquí acabé de formarme por la virtud mágica de una ciudad como ésta. Ciudad hermosa, ciudad prócer, ciudad en aquellos días límpida como ahora, con una atmósfera y una transparencia que solamente he encontrado en alguna parte de Europa... Aquí me formé en la lucha estudiantil, de esfuerzo, de trabajo y más tarde por el esfuerzo y por la causa del pueblo...
¿Chiautla? ¿Puebla? ¿Qué fue lo que pasó en esos lugares? Hagamos un recorrido “a vuelo de pájaro” por la luminosa existencia del constituyente poblano y, para muchos extranjeros, del mexicano cuya labor les permitió conocer el mundo de sus padres, de sus abuelos y el suyo propio:
Gilberto Bosques Saldívar era un niño de apenas diez años de edad cuando atestiguó la represión que hizo famoso al gobierno de Porfirio Díaz. Fue en el amanecer del 3 de mayo de 1903, alba en la que, según sus propias palabras, el estampido de las balas se confundió con el primer tronar de los cohetes que inauguraban la celebración religiosa de la Santa Cruz.
Ese día el pequeño Gilberto pudo constatar cómo murieron los chiautecos que se habían sublevado contra el gobierno de Díaz:
Don Jesús Morales Ríos –escribió años después–, a la cabeza de los insurgentes y al grito de ¡Muera el mal gobierno! ¡Viva Chiautla! ¡Viva la libertad!, atacó a la guardia de la cárcel en el fondo del portal. Allí cayó muerto de bala en el corazón. A pocos pasos de la reja carcelaria murió el alcalde Librado García Millán. De cara al cuartel de los rurales murió Amado Sánchez, lugarteniente de don Jesús Morales. El caballo bayo que montaba aquel muchacho serio, cabal, callado y valeroso, murió junto a su jinete. Tres de los compañeros de Amado quedaron con él, sin vida.
Allá, en “la tierra caliente con noches de obsidiana traslúcida”, los revolucionarios anónimos se encontraron cara a cara con la muerte para, sin habérselo propuesto, mostrar al entonces hombre tierno que ese paso final es una de las formas heroicas de consagrarse a la patria.
Con esas vivencias que lo marcaron como huellas en el cemento fresco, Bosques llegó a Puebla a estudiar en el Colegio del Estado donde de inmediato se integró a la asociación político-poblana Luz y Progreso que organizó Aquiles Serdán. El repudio que propició la tiranía, motivó y unió al puñado de poblanos que decidieron protestar contra las arbitrariedades, los atropellos, los crímenes, las villanías y las infamias de Mucio P. Martínez, Joaquín Pita, el manco Mirus, Miguel Cabrera, Jesús García, Popoca, Machorro, Lezama y Córdoba, todos ellos porfiristas despóticos y atrabiliarios y además protagonistas del terror que había irrumpido en los hogares de Puebla.
La Revolución programada para el 20 de noviembre, se adelantó dos días debido a las infidencias de los poblanos de doble cara. Así, el 18 de noviembre de 1910, Miguel Cabrera y sus esbirros asaltaron el “cuartel” de los hermanos Serdán cuya lucha y sacrificio acabó, momentáneamente, con los proyectos e ilusiones de la burguesía poblana, e inició el levantamiento armado que agitó las ya de por sí aguas broncas del movimiento social que despertó al siglo XX.
Este inicio y otras circunstancias derivadas del proceso revolucionario de México, inocularon a Bosques el germen que después se transformó en semilla y más tarde en frutos, los muchos frutos que formaron el humanismo que hoy lo presenta como uno de los hombres más importantes de la historia del mundo.

La luz del humanismo

Ya había conocido la decepción que conlleva las actitudes políticas tan injustas como convenencieras (le robaron el triunfo electoral que debió hacerlo gobernador de su estado), cuando llegó a París para iniciar lo que fue su labor humanitaria como cónsul general. Acababa de estallar la Segunda Guerra Mundial. Los perseguidos españoles, judíos y franceses miembros de la resistencia, encontraron en él la mano diplomática tendida sin condiciones. Después de muchas vicisitudes y de un intenso trabajo diplomático, logró arrancar al gobierno francés sometido por los alemanes, las garantías del derecho de asilo. Gracias a esa decisión y también a las actitudes propias de los héroes sociales, hoy cientos de miles de familias en el mundo viven agradecidas con México y con su dignidad de Estado. El chiauteco había abonado la semilla de los principios universales para propiciar lo que fue otro más de sus frutos. He aquí la voz de Bosques (La historia oral de la diplomacia mexicana):
La actitud diplomática en Francia era muy interesante, porque en aquellas circunstancias, de absoluta subversión de los hechos y personas, no servía el derecho como instrumento de trabajo. El derecho internacional clásico no funcionaba, ni siquiera el derecho diplomático, para las gestiones normales. Todo estaba alterado. Entonces, hubo que recurrir a principios aceptados de manera universal.
Bosques salvó alrededor de cuarenta mil vidas impelido por su carga de humanismo y justicia social. A ello se debe que sea referente del humanismo internacional y además que se le considere un hombre que por su inteligencia negociadora, capacidad diplomática y sentido de justicia, en muchos casos superó las expectativas diplomáticas internacionales. La gratitud de esos miles de hombres, mujeres y niños se transformó en el homenaje permanente que se le ha venido haciendo en diferentes partes del mundo, reconocimientos que prevalecerán en tanto existan los descendientes de judíos y españoles republicanos cuyos padres, abuelos o tíos formaron los primeros eslabones de la cadena sin fin que construyó con su labor.
La familia Bosques, rehenes del führer durante más de un año
Capturado por los nazis junto a decenas de diplomáticos de otros países, Gilberto Bosques, esposa e hijos permanecieron un año en cautiverio en la localidad alemana de Bad Godesberg, cercana a Bonn.
En esa etapa de su vida, el poblano volvió a demostrar la reciedumbre de su espíritu, de su carácter, de la raza, de la estirpe que habitó en la tierra caliente del sur de Puebla. No lo amilanó ni lo redujo el poder cruel e irracional de Hitler. Luchó contra la hegemonía demente demostrándole al mundo y a sus compañeros de cautiverio, así como al cuerpo diplomático, que el poder de la razón puede más que las razones del poder.
Luego de un acuerdo entre Alemania y México, Bosques fue liberado y retornó a su país natal. Pasó unos días en su patria para después volver a Europa con la intención de continuar para concluir su labor en favor de los refugiados españoles que anhelaban la libertad. Lo hizo no obstante el acuerdo entre Franco y el primer ministro portugués Salazar. Así fue como logró salvar a cientos de ellos del buitre que entonces se posaba sobre España. De esta forma pudo rescatar el talento perseguido para darle asilo en México, donde se reprodujo y aún existe en muchas de las manifestaciones intelectuales, académicas, científicas, sociales y literarias. Podríamos decir que se abrevó para transmitirlo a las subsecuentes generaciones de mexicanos.
Bosques abrió las puertas de México a los perseguidos rescatándolos del fanatismo, de la estulticia fascista y de la bota opresora del militarismo. Parte de la humanidad encontró en tierra azteca las libertades para el saber, las profesiones honrosas, los cultos y los goces de la familia. Se había manifestado la benevolencia de un país en pleno desarrollo, joven, vigoroso y agitado por su empuje progresista.
Pasado el periodo de la Guerra y durante cuatro años, de 1949 a 1953, el embajador Bosques realizó una importante campaña que hizo trascender la cultura de México a los lugares más apartados del orbe. El Chac Mool, por ejemplo, ganó los espacios de la prensa europea. Lo mismo ocurrió con las pinturas de la época colonial, las joyas precolombinas y el arte pictórico de Siqueiros. E igual pasó con las expresiones artísticas y culturales que cautivaron incluso a los más fríos y escépticos europeos. La cultura de México fue como el aval de la formación humanista y social del diplomático ubicado ya en el corazón de los europeos que sabían de su labor.
Al término de su gestión diplomática en Suecia, el gobierno de la República lo envió a la entonces Cuba de Batista. En la Isla encontró a uno de los más funestos dictadores del siglo XX, cuyo recelo contra el mexicano se fue mostrando poco a poco conforme éste daba cuenta de la prepotencia de un régimen expuesto a la fermentación revolucionaria. En México, según la historia documental del propio Bosques, los cónsules de Batista reportaban asustados aquello que consideraban actividades subversivas, ya que en todo el territorio mexicano se sentía la vibración del fogoso y libertario espíritu de Martí, presente en cada uno de los corazones cubanos que habrían encontrado abrigo en el valle del Anáhuac. A pesar de las torturas, asesinatos, persecuciones y amenazas para aquellos que se mostraban contrarios al gobierno batistiano, la embajada de México, de acuerdo con su política de asilo, albergó a los perseguidos políticos. Y esa lucha para defender el derecho primigenio del hombre, fue ardua hasta la derrota de Batista.
Gilberto Bosques continuó representando a México durante el primer lustro del gobierno de Fidel Castro. Constató la marcha a contrapelo del nuevo régimen cubano. Fiel a sus principios tuvo el privilegio de ser el embajador del único país que se declaró en contra del proyecto de resolución presentado en la OEA para aislar a Cuba.
Su retiro de la actividad del Servicio Exterior se presentó cuando contaba con 74 años de edad, no por considerarse cansado o débil, pues su fulgurante inteligencia aún se conservaba, sino porque, como lo apunta Rodolfo Busio en el prólogo de la Historia de la diplomacia mexicana, decidió volver a la práctica de sus convicciones en privado, entendiendo, como buen negociador, que las condiciones políticas no eran las propicias para continuar expresándose con toda libertad. Gustavo Díaz Ordaz había llegado a la Presidencia de México.

@replicaalex