martes, 15 de enero de 2013

Nueva etapa, viejas prácticas


 
Urge el oficio político
Por Alejandro C. Manjarrez
Según mi apreciación, el 15 de enero del 2013 cierra en Puebla una etapa gubernamental en la que los desencuentros fueron más que las coincidencias, mucho más. Y se inicia otra con visos que presentan la posibilidad de mejoras en la relación gobierno-sociedad.
Podríamos decir que dos años le han abierto la puerta a los cuatro que faltan.
Es un hecho que suele ocurrir en cada mandato debido a que en ese lapso el gobernante aprende cosas que ignoraba, en tanto que los gobernados pueden darse el lujo de conceder el beneficio de la duda, actitud ésta donde la esperanza –si acaso se da– aparece mezclada con algunas pizcas de resignación y dos que tres pellizcos de desconfianza.
Dicho con otras palabras:
En veinticuatro meses el mandatario descubrió la realidad que ignoraba o había soslayado debido a las actitudes rayanas en la soberbia que engendra el éxito político. O sea el talante que suele alimentarse con las lisonjas y los malos consejos a cargo de quienes buscan chamba o son expertos en padrotear al poderoso. Esta circunstancia y el tiempo transcurrido, permite al pueblo manifestar sus reclamos y críticas al poder. Dos años –insisto– bastan para darse cuenta de que el poderoso en turno es un ser normal con virtudes y defectos.
Dicho lo anterior ahora veamos lo que el lector conoce o incluso sufrió porque fue víctima de errores burocráticos o debido a que salió con chipotes a consecuencia de lo que algún gobernador aldeano llamó “acomodo de las calabazas”.
Me refiero al desempleo y a la pérdida del poder adquisitivo que produjo la política de recortes de personal y salarios, así como a la reducción del gasto corriente combinado con la entrega de obras a contratistas de otras entidades o países. Según argumentan los panegiristas oficiales, la llamémosle estrategia gubernamental fue necesaria para que Rafael Moreno Valle pudiera deshacer la enorme cola de corrupción dejada por el gobierno de Mario Marín Torres, el ex que a su vez heredó dicho “rabo” de otros ex gobernadores que lo habían engordado y alargado.
En fin, como palo dado ni Dios lo quita, dejemos lo pretérito y veamos hacia adelante:
Inicia la nueva etapa con algunos avances y varios retos. En el primer caso está la obra pública que incluye en Centro Integral de Servicios (la nueva sede del gobierno) y, por citar lo más reciente y visible para los poblanos, el controvertido “Metrobus” que rompió el maleficio del transporte público (léase control de mafias y grupos de larga historia). Agregue el lector otras de las obras difundidas hasta el hartazgo por el propio mandatario: que el Viaducto Zaragoza, que el Centro Cívico Cultural 5 de Mayo, que los distribuidores viales, que el Ecoparque Metropolitano, en fin, todo lo que se construyó con recursos públicos y que por ello está sujeto al escrutinio de la desconfiada sociedad (“la mula no era arisca…”).
Otra de las acciones que llaman la atención es el analfabetismo, campaña en donde participaron la UNAM, la BUAP y el SNTE; es decir,  José Narro Robles, Enrique Agüera Ibáñez y la con justicia cultural satanizada Elba Esther Gordillo Morales: dijo Moreno Valle que el mencionado atraso educativo se redujo en 24.7 por ciento. Este dato y el énfasis que puso el informante, me recuerdan a Jesús Reyes Heroles, el priista cuyo pensamiento podría ser –por qué no– parte de la inspiración en los actos educativos de Enrique Peña Nieto, de quien por cierto depende el futuro del gobernador del estado de Puebla y, por ende, de los poblanos: es obvio que además de convencer a los gobernados, Rafael tendrá que hacerlo con el presidente de México.
Dijo don Jesús:
“Se ha establecido con rigor que en nuestros días no basta saber leer; resulta indispensable querer leer, tener la voluntad de leer.”
Buena la aportación la de Reyes Heroles. Y mejor su criterio sobre los medios de comunicación a los cuales definió como instrumentos valiosos de apoyo a la “enseñanza colectiva”.
Concluyo pues con la siguiente opinión que usaré como preámbulo de mi próximo comentario sobre el cambio de estrategia en el área de comunicación social del gobierno morenovallista:
Después de dos años de rechazo a la crítica periodística y de la fallida cooptación o eliminación de periodistas, se han tendido los puentes para fomentar la relación entre prensa y gobierno, trato que deberá estar basado en la ética y la honestidad profesionales, actitudes éstas que han sido lesionadas por algunos comunicadores cuyo entreguismo equivale a la posición culimpinada.
Twitter: @replicaalex