jueves, 6 de diciembre de 2012

No todo es política, ¿o sí?



Por Alejandro C. Manjarrez
“Querida Cigüeña: por favor no me traigas una hermanita. Mi mamá le va a pegar como a mí”.
Así empieza la carta que el niño Carlos Gutman escribió para que su abuela la enviara amarrada a un globo. Lo hizo con la ilusión de que, igual que las misivas a los Reyes Magos, la reciba el pájaro que el mito ubica en París.
Carlitos tiene poco más de seis años y es, obvio, un hijo no deseado por su madre soltera. Cursa el primer año de primaria en San José Chiapa, lugar donde la tierra acaba de convertirse en un artículo de especulación inmobiliaria.
En otros de los renglones escritos con lápiz en la hoja de un bloc de taquigrafía (letra difícil de leer), el pequeño detalla los castigos a que es sometido porque, dice, a veces se le olvida hacer la tarea:
“Mi mami me da de patadas en mis piernas. También me jala de los pelos y me azota contra el ropero. Con los ganchos de ropa me pega en la espalda. Me da mucho miedo cuando llega a casa.”
Carlitos concluye y repite la súplica a la Cigüeña:
“Porfa, Cigüeña, no me traigas una hermanita. Va a sufrir igual que yo”.
Yo no sé lo que usted sienta o piense pero el que esto escribe quedó impactado por esta realidad que es el pan nuestro de cada día. Me enteré del problema porque el lunes pasado vi llorar a la abuela de Carlitos (trabaja en mi casa) y le pregunté qué le pasaba. Como respuesta me mostró lo que había escrito su nieto, quizá con la esperanza de recibir algún tipo de consuelo, ayuda u orientación. “¿Por qué no va al DIF y la denuncia?” le pregunté. Y ella me respondió que no lo hará porque teme que la autoridad le quite a su hija la custodia del niño y que éste termine en un hospicio. “No volvería a ver a mi Carlitos”, manifestó con el llanto amontonado en su garganta. Sobra decir que la abuela trabaja para que su nieto “tenga lo necesario y llegue a ser un hombre de provecho”. Su madre también es empleada pero, se lamenta la abuela del niño, dedica la mayor parte del tiempo a vivir como las mujeres jóvenes y solteras.
Vaya problema familiar. Mi esposa y yo trataremos de encontrar alguna solución digamos que tersa entendidos de que debemos ayudar y proteger al niño que, por cierto, vivió en nuestra casa (su madre se lo “encargó” a la abuela) hasta que cumplió cuatro años. Es un ser inteligente y sensible que podría convertirse en un buen profesionista siempre y cuando no se le amargue la vida con experiencias como las que marcan a los delincuentes peligrosos.
Perdone el lector que me haya salido de la tónica política. Mi intención es que este comentario lo reciba la persona que por su trabajo y poder tiene la oportunidad de intervenir (espero que con éxito) para que Carlitos y su madre biológica encuentren lo que toda familia desea: comprensión, orientación, apoyo y en consecuencia la felicidad.
Como ya lo dije, esto ocurre en San José Chiapa, el pueblo elegido y preparado para recibir los beneficios de la inversión extranjera. Confiemos en que el interés humanitario figure en el proyecto de ese desarrollo industrial, obligación privativa del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas.
Nota bene:
El próximo lunes retomaré el tema político. Le tengo algunas sorpresas.

Twitter: @replicaalex