martes, 7 de agosto de 2012

El gran hurto de Puebla


Por Alejandro C. Manjarrez
“Cada diario que muere es como si muriera una parte de nuestra libertad… ¡Un robo a la opinión pública!” Esta frase formó parte de la primera plana de La Gaceta del popolo, el periódico que se despidió de sus lectores ese primer día de enero de 1980.
La entonces intelectualidad italiana calificó el hecho de contrariedad histórica. ¡Una gran porquería!, exclamó el pueblo que se sentía orgulloso del azaroso trayecto de la prensa estrechamente vinculada con la tradición periodística; es decir, la que informaba a la sociedad sin tener que pasar las notas por el filtro del gobierno.
Doy un “salto mortal” y caigo en la Puebla del 2012.
Si el Ayuntamiento de la Heroica Puebla de Zaragoza, se animara a publicar alguna protesta o queja por las “agresiones” contra su autonomía constitucional, tendría que escribir un aviso parecido al del diario mencionado cuya fundación ocurrió en 1848. Por si hay dudas les propongo el siguiente texto como borrador de lo que podría insertarse, ya sea en un banner o bien en una gacetilla o aviso en alguna de las modalidades electrónicas:
“Cada vez que la autoridad municipal sea menospreciada por cualquiera de los tres poderes, se estará violentando la legalidad constitucional de nuestra nación… Se perpetrará un hurto a la tradición que nació en 1554, cuando los poblanos le ganamos a la Corona el reconocimiento de autonomía”.
Ahora entro de lleno al punto:
He mezclado los temas libertad de prensa y autonomía municipal, debido a que ambos logros pertenecen a la sociedad: el primero porque nació para señalar los excesos del poder (Constitución de 1857), y el segundo porque prevalece a pesar de esos excesos del poder.
La razón de esa prevalencia o aguante proviene de la representatividad que distingue a la llamada célula del federalismo mexicano. Como bien lo sabe el lector, en los ayuntamientos recae la tradición jurídica del sistema político de México, y por ello el presidente municipal se convierte en la primera autoridad a la que acude el pueblo. De ahí que los demás cargos resulten intrascendentes y puede ser que hasta ofensivos cuando sus titulares no respetan la autonomía de los ayuntamientos.
Elton John vs Madonna
No levante la ceja, respetado lector. El subtítulo sólo sirve para establecer que las disputas entre los personajes de la farándula o la política, que casi es lo mismo, nunca benefician al público, o mejor dicho al respetable. A veces lo divierten, pero también pueden aburrirlo e incluso indignarlo, reacciones estas muy perjudiciales para la imagen pública de cualquiera de los involucrados en el pleito, casi de comadres, trátese de quien se tratare.
Ya sabemos que Madonna y Elton se traen ojeriza, igual o parecida a la que distingue al gobernador Rafael Moreno Valle y al alcalde Eduardo Rivera Pérez (la causa: el estrellato). La diferencia es que el pleito entre autoridades perjudica a los gobernados así como también lesiona el prestigio de los gobernantes. Más aún cuando uno y otro son del mismo partido no obstante que cada cual parezca pertenecer a distinta bandería. Como sería prolijo traer a colación las variadas referencias que sustentarían lo que acaba de leer, me centraré en la última del mes, misma que en un descuido pasará a formar parte de la historia de los desaciertos del poder:
Si resultara verídico que el gobierno del estado hurta para llevarse a Los Fuertes el festejo del Grito de Independencia, los poblanos seríamos testigos de cómo el mandatario estatal le asesta un segundo golpe a las costumbres populares, peor que el que cambió la ruta y la tradición del desfile del 5 de Mayo, que fue el primer mandoble. Y se consolidaría eso de que la contrariedad histórica es el distintivo del sexenio.
¿Eduardo Rivera lo permitirá? ¿El pueblo festejaría la decisión del poder absoluto? De ser cierta la información filtrada, ¿el gobierno preguntará la opinión de los ciudadanos?
Esperaré a la versión oficial para abundar sobre el tema y decirle al lector si se trata de otro desprecio a la opinión pública, o si semejante decisión es resultado del consenso y la voluntad populares, consulta obligada que aún no se nota en ninguna de las decisiones del poder Ejecutivo, o del Legislativo, que es lo mismo.
Twitter: @replicaalex