martes, 31 de julio de 2012

Moreno Valle y los cuernos de la Luna



Por Alejandro C. Manjarrez
“¡Rafael vale más que ocho guaruras, carajo!”.
El simple y eufónico razonamiento que acaba de leer, me asaltó cuando repasé las notas sobre la asignación ad perpetuam del grupo que cuidará a Moreno Valle, a partir de que éste viva en el espacio donde los ex rumian sus fracasos o platican sus logros. Para qué tanto pinche escándalo, me dije, si sólo es un millón de pesos por año lo que el pueblo sufragará a quien durante seis años fue su esperanza, su líder, su estrella, su héroe. Confieso que incluso se me ocurrió pensar en la modestia de los diputados al autorizar como salario 10 mil pesos mensuales por piocha guaruresca, emolumento que pone en riesgo a nuestro ilustre, ya que cualquier escolta de cualquier empresario de medio pelo gana cuatro veces más y tiene prestaciones que rebasan con mucho a las del Issstep. Es injusta tanta austeridad; no se lo merece nuestro góber, me dije convencido e intranquilo.
De lo anterior pasé a preocuparme por los elegidos para este trabajo. Y pregunté a mi sombra o dáimon u otro yo:
¿Les impondrán la obligación de hacer un casting como el que acostumbran los stripers? Deberían para que puedan mimetizarse con el jet set donde seguramente operarán rodeados de metrosexuales.
¿Hablarán inglés y su visa estadounidense estará vigente? Ojalá porque hay que eliminar el peligro que para los mexicanos representa la discriminación en suelo gringo.
¿Conocerán los enredos periodísticos que ayudan a entender las entrelíneas de las revistas rosas? Tienen que debido a que su chamba requerirá estar al tanto de quiénes son y cómo se comportan los miembros del mundo del espectáculo político.
¿Les pedirán título de licenciatura o de perdis un diplomado en la Universidad de Salamanca y, obvio, que pasen el test de la natura? Requisito indispensable dado que los pendejos no tienen cabida en esta importante misión.
Nigromancia
Después de pensar en todo ello se me ocurrió que hay otro problema a resolver, o sea la ojeriza contra la cual no existe protección, actitud que suele prohijar pensamientos malévolos difíciles de detectar hasta por los guarros del Mossad. Llamémosle “malas vibras”.
¡Vaya conspiración! Razoné y en automático se me ocurrió la siguiente hipótesis:
Imaginemos que existen grupos antimorenovallistas, cofradías casi secretas cuyo vínculo podría ser la persecución que el gobierno emprendió en su contra, daños que van desde la merma de su economía familiar (corridos, señalados, tachados, aislados, congelados y degradados), hasta las denuncias por enriquecimiento inexplicable u otros delitos que ponen en riesgo la libertad de los cofrades. En este caso la maquinación menos peligrosa sería el deseo de que al ex (léase Rafael) le vaya mal. Ah, e incluya la magia negra y los trabajitos a cargo de chamanes, brujos, sacerdotes y sacerdotisas con facultades vuduistas. Me refiero a los que saben cómo clavar alfileres justo en salva sea la parte del muñeco de trapo.
Ante este imponderable, colegí, el Congreso local tendría que legislar o autorizar una partida especial que el ex dedicaría una parte al pago de la magia blanca y otro tanto al costo de las limpias con los brujos de Catemaco, además de la lana que tendría que aportar a los especialistas en el Tarot, así como la inversión que requieren los cursos especializados donde los escoltas aprendan a percibir el origen de las malas vibras.
Está cabrón.
Para abordar con éxito semejante escenario, los poblanos, todos sin excepción, tendríamos que lucubrar positivamente y desearle lo mejor a nuestro mandatario; es decir, suponer que cada una de sus acciones persiguen el beneficio de la sociedad y no, como se dice por ahí, el provecho personal. Si le va bien como gobernante, estoy seguro, a todos los gobernados nos iría de maravilla. Pero como van las cosas difícilmente se lograría un consenso mental, digamos a su favor.
La dificultad que apunto se deriva de mis malas lecturas. Quizá debería haber leído El arte de la guerra en lugar de El laberinto de la soledad, por ejemplo. Dejar a Octavio Paz y regodearme con los consejos de Sun tzu. Pero no, prefiero seguir pensando en las ilustrativas máscaras que en las armas que matan el prestigio. Concluyo:
Rafael Moreno Valle Rosas tiene que echarle un vistazo a la cultura mexicana para entender las reacciones y respuestas de los “hijos de la Malinche” que “luchamos con entidades imaginarias, vestigios del pasado o fantasmas engendrados por nosotros mismos…” En síntesis, identificar a quienes usan la máscara de la simulación, lisonjas y aplausos que lo treparon a la quimera esa que le llaman cuernos de la luna.
Ni hablar que está cabrón.
Twitter: @replicaalex

domingo, 29 de julio de 2012

Impunidad y persecución



Por Alejandro C. Manjarrez
Lo peor que le puede pasar a un ciudadano es estar en la lista negra del gobernante en turno, cualquiera que sea. Esto porque basta que el jefe de jefes ordene la caza de su enemigo para que tanto los ministeriales como algunos jueces obedezcan la orden sin rechistar, incluso manipulando la ley para justificar el supuesto delito que deberán imputarle al presunto culpable. Lo más lamentable ocurre cuando los poderes Legislativo y Judicial se prestan a seguir ése que es un juego político parecido al de los sacerdotes que acudían ante el Tribunal del Santo Oficio para acusar a mujeres u hombres que les caían mal: afirmaban que eran brujas, anticristos, sodomitas o, en el menos peor de los casos, haber puesto en tela de duda la integridad del religioso o los fundamentos de su credo.
El tema sigue vigente. Da la impresión de que la historia prevalece –con algunas variantes, claro– y que se manifiesta en la actitud de los poderosos que se sienten infalibles, invulnerables, intocables y además dueños de la verdad. He aquí un ejemplo:
La persecución
Hace cuatro décadas conocí a Antonio Hernández y Genis. Me lo presentó don Antonio J. Hernández, su padre, dirigente de la CROM regional (Atlixco), y uno de los pocos líderes cuyo poder se sustentó en su sabiduría popular, a veces más efectiva que la teoría académica o la ciencia “inventada” por Maquiavelo. “Le presento a mi muchacho –me dijo en aquella ocasión–; quiere dedicarse a la política y lo voy a ayudar con una condición: que se prepare y convierta en un hombre leído”. Don Antonio vigiló a su vástago hasta que éste obtuvo el título universitario (UDLAP) y otros méritos académicos. En el ínterin lo “placeó” por los espacios políticos nacionales para que conociera a presidentes de la República y a una que otra de las vacas sagradas de la época cuyo legado prevalece.
Hernández y Genis creció política y culturalmente bajo el cobijo afectivo de su padre y los amigos de éste, la mayor parte políticos de primer nivel. Alguna vez escribí en este espacio que Toño era de los pocos priistas cuyas lecturas le daban autoridad intelectual como para rescatar a su partido del lugar en que lo metieron los mediocres y corruptos. Lo entrevisté varias veces y conversé con él otras tantas sobre distintos tópicos, relación y conocimiento que me permite decir que cuenta con una excelente preparación y que posee una singular inteligencia, además del conocimiento de los seres humanos que su padre le transmitió, y que su propia sensibilidad le permitió desarrollar.
La última vez que platicamos le pregunté si no temía que al ocurrir el relevo, Rafael Moreno Valle (entonces gobernador electo) lo persiguiera por haber escrito de él como lo hizo. Su respuesta (la repito de memoria) fue en los siguientes términos: “Es probable porque tiene la piel delgada y no resiste señalamientos como los que yo hice; sin embargo, confío en que use su inteligencia y entienda que los tiempos electorales no son aptos para personas delicadas o rencorosas. Y si él lo es, pues ya veremos”. Después me confió que estaba preparado para sortear las más perversas revisiones. “No soy corrupto y menos pendejo –dijo–. Pero como conozco bien a Rafa y lo traté siendo él secretario de Finanzas, sé que podría ordenar una persecución en mi contra, acoso que se resolverá con la ley y, estoy seguro, finalmente la misma ley me librará de lo que me inventen o tergiversen. De darse este supuesto resistiré la persecución sexenal. Y después ya veremos”.
El “ya veremos” me vino a la memoria cuando el Congreso local emitió un comunicado sobre la apertura del proceso a cargo de la Comisión Inspectora dispuesta a revisar las cuentas de Hernández y Genis, ex director del Colegio de Educación Profesional Técnica del Estado. Asimismo recordé a mi maestro y jefe, el constituyente Ignacio Ramos Praslow, a quien el presidente Adolfo López Mateos –abogado por cierto– encarceló por el delito de disolución social, igual que lo había hecho con David Alfaro Siqueiros y el periodista Filomeno Mata. Los tres (y otros más) fueron indultados cuando se comprobó que el gobierno había pervertido las leyes, precisamente para vengarse de los incómodos personajes convertidos en críticos. Y que conste que no existía la cultura de derechos humanos que hoy enarbolan los más destacados personajes del mundo intelectual, cultural y político.
¿Perversión de las leyes?
Mientras que haya impunidad las leyes estarán siendo pervertidas.
En tanto éstas se utilicen para perseguir a los enemigos ideológicos o culturales, la perversión jurídica lesionará a quien o quienes la promuevan.
Mario Marín Torres y Antonio Hernández y Genis podrían ser un ejemplo de esa perversión, el primero por ser beneficiario del trato bajo la mesa que le dio la impunidad que goza; y el segundo como víctima de la venganza que germina fertilizada por el rencor y los resabios.
Ya veremos.
Twitter: @replicaalex

martes, 24 de julio de 2012

Alerta amarilla para panistas



Por Alejandro C. Manjarrez
Los panistas entraron a la fase 3 y ya están en alerta amarilla. Les faltan 126 días para  quedarse sin chamba y, en consecuencia, sin el nutriente que proporciona la ubre presupuestal (como le ocurrió a los priistas poblanos cuando ganó Rafael Moreno Valle). Y lo peor: perderán los privilegios que emanan de la estructura de poder, gratificaciones que van desde una común compensación, hasta mercedes como la asignación de escoltas, choferes, vehículos (algunos blindados), pago de viáticos, caja chica, transportación aérea y en muchos casos la “ayuda” de renta, además de los sueldos de la servidumbre. Dirían los priistas que sufrieron el mismo fenómeno laboral: “justicia divina”.
Este tipo de desempleo no es un asunto menor ya que quienes no se corrompieron van a extrañar el dinero que durante seis o doce años les ha permitido mantener la estabilidad familiar, y no precisamente acogiéndose a la medianía pregonada por Benito Juárez. Pero quienes se enriquecieron deberán preocuparse porque, seguramente, habrá investigaciones y denuncias por parte de los “fiscales” del próximo gobierno, no tanto inducidos por el deseo de vengar afrentas y cazar brujas para reciprocar las persecuciones en su contra, sino debido a que tienen la urgente e insoslayable necesidad de legitimar la presidencia de Enrique Peña Nieto.
¡Vaya socavón moral en el que aguarda por los blanquiazules!
Si como se manejó hace dos años, el gobierno de la República gasta en sus delegaciones federales más de 233 mil millones de pesos anuales, es obvio que gran parte de ese dinero dejará de pasar por los bolsillos de los panistas. Si le parece poca la merma, entonces agréguele a ese decaimiento financiero por la lana que dejarán de cobrar los que hoy son funcionarios del gobierno federal, los de primer, segundo y tercer niveles. Qué decir de los aviadores y también de los extras económicos producto de concesiones, contratos, plazas fantasmas, comisiones, mordidas, diezmos, propinas incluidos los vulgares moches...
Diría cualquier priista de la vieja escuela, para no ir muy lejos la prohijada por el maestro Carlos Hank González: se van a secar porque ya no serán salpicados y tampoco podrán salpicar, por no decir beneficiar a cómplices y socios.
Tendremos así que crecerá exponencialmente el número de panistas sentados en el banquillo de los acusados unos, y otros en la banca de reservas, llamémosle estratégicas. De esa pléyade que calculo en 60 mil (igual que el número de muertos en la “guerra” calderonista), sólo se salvarán ciento cincuenta y dos, los que llegan al poder Legislativo: 114 por tres años y 38 por seis. Ahora bien, si creyéramos lo que en su twitter dijo Felipe Calderón a López Obrador corrigiéndole la plana (segundo debate), los altos funcionarios de su gobierno (nada más ellos, que conste) dejarán de recibir alrededor de 2 mil millones de pesos por año, cantidad que corresponde a sus salarios y compensaciones, egreso contabilizado como tal. Auméntele las otras gratificaciones cuyo monto podría ascender a 500 millones de pesos (25 por ciento).
Este es el enorme nubarrón que oscurece el futuro inmediato de los panistas, algunos de ellos víctimas de la soberbia que cual fruto podrido emerge en las parcelas de poder, el que ejercen. El resto –por no decir todos– deberán aprender a vivir contraviniendo la filosofía de César Garizurieta, el mismo que por haber sido abogado del gobierno, diputado federal, funcionario público, embajador y magistrado dejó a los “servidores públicos” la siguiente consigna: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
Como los panistas caerán dentro de ese enorme agujero, lo menos que podemos hacer es desearles mucha suerte y, desde luego, que Dios los agarre confesados.
Twitter: @replicaalex

domingo, 22 de julio de 2012

El PAN en el hoyo



Por Alejandro C. Manjarrez
El Partido Acción Nacional está en el hoyo. La razón de su arribo a este estamento es, sin duda, la ineptitud política de sus últimos dirigentes cuyo vínculo con el pasado (su esencia e historia) sufrió el cambio generacional, relevo que llegó acompañado de la soberbia o, en el caso de Gustavo Madero, de las pocas luces intelectuales ocultas detrás de la máscara utilizada por aquellos que se dicen herederos de la Revolución.
Ese efecto puso a los panistas en el deshonroso tercer lugar, afrenta que hubiese pasado desapercibida si no fueran gobierno.
En descargo del panismo poblano, al cual hoy me refiero, podríamos decir que hasta Puebla llegaron los efectos de semejante fenómeno, pero aderezados con el lastre del morenovallismo. Y menciono la “tara” porque el gobernador actúa como tal dado que controla todo, hasta, valga la exageración, el proceso digestivo de la dirigencia estatal.
Ante este panorama nada halagüeño para el futuro del PAN en Puebla, es fácil predecir lo que ocurrirá en el próximo año, cuando dé inicio el proceso que habrá de cambiar al Congreso Local y a los 217 ayuntamientos de la entidad. La de las candidaturas será pues una lucha de antología debido a la modalidad del tiempo del mandato en disputa, lapso que prácticamente incluye la elección de dos gobernadores: el de año y meses y el sexenal 2018-2024.
(Por sus implicaciones y repercusiones, los dos procesos de gobernador requieren analizarse por separado)
Lo anterior, o sea las elecciones del 2013, obligará a la dirigencia estatal a solicitar ayuda a su mandatario (no es ironía, que conste) si opta por negociar las alianzas con otros partidos. Esto porque yendo solo el PAN perdería la elección, igual que perdió la presidencial. Y aquí entramos a los terrenos de la especulación, digamos que razonada.
¿Qué partido aceptaría aliarse con Acción Nacional? ¿Cuál de sus aspirantes tendría el visto bueno del gobernador y al mismo tiempo la aceptación del o los partidos aliados? ¿Y qué pasaría si Moreno Valle apoya al candidato del PRI, obviamente a tras mano?
Son tres preguntas que a estas alturas deben responderse a partir de la obviedad política, que es el sello del poder en manos de Rafael Moreno Valle. Veamos:
El Panal podría aceptar la candidatura común con el PAN y el nuevo membrete que se llama Compromiso por Puebla. Tres partidos con un sólo candidato. ¿Quién? El que diga el Señor Gobernador, decisión que, paradójicamente, dependerá del candidato nominado por el PRI. Si es Enrique Doger Guerrero, por ejemplo, se le complicaría la vida electoral al PAN ya que el ex rector tiene muy buena relación con Rafael Moreno Valle. En este caso la única opción del panismo sería Fernando Manzanilla Prieto, cuyo parentesco político con el Señor de las grandes decisiones se combina con su ejercicio del poder, praxis que incluye el acercamiento y buenas relaciones con las dirigencias de todos los partidos.
Otro escenario lo conforman dos mujeres, Amy Camacho y Myriam Arabian. Empero, para desventura del panismo (el ultra y el maleable), sus dirigencias estatal y municipal tendrían que decidirse a contender sin los apoyos extra partidistas; es decir, irse por la libre y sin aliados, sobre todo en el caso de la ex colaboradora de Moreno Valle, hoy flamante delegada del gobierno federal. También se menciona a Patricia Leal en cuyo apellido lleva el estigma, marca que la ubica debajo de las prioridades del gobernador, en este caso Fernando Manzanilla.
¿Y el PRI?
A sus órdenes Señor Gobernador.
Sí, así será a pesar de que el presidente de la República sea Enrique Peña Nieto, un mandatario sui generis debido a que desde antes de rendir su protesta buscará legitimarse empezando por conquistar a los gobernadores de la oposición, Moreno Valle uno de ellos, tal vez el mejor identificado con él si de capacidades ideológicas hablamos.
Y aquí de nuevo aparece Fernando Manzanilla Prieto: de los morenovallistas, el Secretario General de Gobierno es el más cercano al grupo que llegará al poder nacional. Aunque ya se ha dicho creo necesario repetirlo: Luis Videgaray, el próximo hombre fuerte de Los Pinos, fue su compañero en el ITAM y también en Harvard, circunstancias que los unieron en eso que se llama amistad a prueba de distancias partidistas.
Así o más claro.
Twitter: @replicaalex

jueves, 19 de julio de 2012

120 años de Gilberto Bosques Saldívar

Gilberto Bosques Saldívar. 1922

Por Alejandro C. Manjarrez
En cada aniversario de Gilberto Bosques Saldivar, recuerdo sus palabras pronunciadas con voz calma, tersa y sabia: “Estoy preocupado por los poblanos. El gobierno aún no les corresponde”.
Don Gilberto tenía noventa años el día en que le escuché decir esas y otras frases. Fue cuando me pregunté: ¿sabrá la nueva generación de políticos lo qué hizo Gilberto Bosques para ser considerado como una persona extraordinaria, de inteligencia brillante y un singular sentido de fraternidad? ¿Se habrán enterado de su vocación por la justicia, así como de su extraordinaria cultura y sensibilidad social, cualidades que lo convirtieron en el paradigma y en referente para cientos de miles de personas? ¿Conocerán las historias de dignidad y humanismo que respaldan su fama en el mundo?
Supuse que no. Y por ello una y otra vez reproduje parte de su vida, misma que hoy repito y esbozo:
Siendo estudiante de la Normal, participó con Aquiles Serdán. Posteriormente se incorporó a la Revolución.
En 1917 resultó electo para el Constituyente de Puebla.
Se unió al movimiento en favor de Adolfo de la Huerta. A la derrota de éste fue perseguido por Álvaro Obregón, circunstancia que le obligó a salir del país. Meses después regresó.
Dirigió El Nacional, entonces órgano del PNR, periódico en cuyas página se vertían críticas  y señalamientos al gobierno y a los políticos en el poder.
Dejó el país para convertirse en un referente del humanismo internacional: salvó a más de 40 mil personas cuando fungió como cónsul general de México en Francia. De ahí la gratitud y el homenaje permanente que se le ha venido haciendo en diferentes partes del mundo, reconocimientos que prevalecerán en tanto existan los descendientes de judíos y españoles republicanos cuyos padres, abuelos o tíos formaron los primeros eslabones de la cadena sin fin que pudo construirse gracias a labor de Bosques.
Decidió concluir su vida diplomática precisamente en Cuba, donde estuvo seis años con Batista y cinco con Fidel Castro. Tomó la determinación de retirarse del servicio diplomático, justo el día que Gustavo Díaz Ordaz fue electo Presidente de la República. No quiso formar parte de aquel gobierno.
¿Por qué tuvieron que pasar varias décadas para que en Puebla se le reconociera su labor social, humanitaria, humanista, cultural y política?
La injusta indiferencia
Durante años prevaleció el veto que en su contra dictó Maximino Ávila Camacho, el general que llegó a ser gobernador gracias a que Lázaro Cárdenas solicitó a Bosques que no hiciera el reclamo legal por su triunfo en la elección que lo hizo candidato al gobierno de Puebla. “Tengo un fuerte compromiso con él”, le dijo y al mismo tiempo pidió su comprensión y amistad.
Pasaron varias décadas y hasta 1987 se reconoció la labor diplomática de este poblano singular: su nombre fue inscrito en los muros del Congreso Local donde, con su voz calma, tersa y sabia Bosques dijo a los diputados:
“Ya como ustedes ven, soy un hombre a quien todas las cosas empiezan a dar rostros, señales de despedida... Nací en Chiautla, en una risueña casa inclinada sobre un flanco de la barranca del ojo de agua; es decir, nací en la entraña misma de aquella villa.... Lo recorrí todo... Entonces creo que me impregné de todo el vigor, el pluvio, la elocuencia, la palabra del agua y de las montañas... Después estuve en esta ciudad (Puebla) como estudiante. Y aquí acabé de formarme por la virtud mágica de una ciudad como ésta. Ciudad hermosa, ciudad prócer, ciudad en aquellos días límpida como ahora, con una atmósfera y una transparencia que solamente he encontrado en alguna parte de Europa... Aquí me formé en la lucha estudiantil, de esfuerzo, de trabajo y más tarde por el esfuerzo y por la causa del pueblo...”
Manola Álvarez Sepúlveda, diputada y promotora del reconocimiento, presidió esa sesión solemne. Mariano Piña Olaya, el gobernador, no asistió y su lugar fue ocupado por Guillermo Pacheco Pulido, presidente municipal de la ciudad capital del estado.
En 1994, el Congreso local publicó su libro Artículos, conferencia y discursos. Ya no pudo asistir; sin embargo, envió un mensaje video grabado. Manuel Bartlett gobernaba la entidad.
Dieciséis años más tarde, en 2010, el mismo Congreso poblano reeditó el libro mencionado con parte de los festejos del Centenario de la Revolución Mexicana y Bicentenario de la Independencia. El día del homenaje acudió el mandatario Mario Marín Torres debido, supongo, a la enjundia legislativa de la diputada Rocío García Olmedo, presidente de la Comisión Especial de Apoyo a los Festejos.
El pasado miércoles, los diputados replicaron los homenajes del Congreso local a don Gilberto, con una novedad: la directriz del gobierno de Rafael Moreno Valle, cuya presencia en el acto tuvo un alto sentido políticodiplomático: en la ceremonia se hizo un reconocimiento a los poblanos que han sido embajadores y se entregó a su hija Laura Bosques Manjarrez un folleto, casi opúsculo, que quiso ser ensayo.
Vienen a cuento estas líneas porque hoy, 20 de julio de 2012, Gilberto Bosques Saldívar cumpliría 120 años de edad. Y allá, en la dimensión donde se encuentre, estoy convencido de que sigue preocupado por los poblanos y por la respuesta de su gobernador.

Twitter: @replicaalex


martes, 17 de julio de 2012

Calderón, Peña y AMLO, ¿mentirosos?



Por Alejandro C. Manjarrez
Si la verdad de una ideología política se pusiera a prueba todos los días –tanto por el debate de ideas como por el contacto con la realidad social y respeto al origen partidista–, a la mayoría de los políticos no les quedaría de otra mas que usar la mentira para tratar de justificar cada uno de sus argumentos y declaraciones. Por ello sería poco inteligente asegurar que la carrera de tal o cual político se basa en la honestidad y la verdad
¿O acaso cree usted que la verdad forma parte del discurso de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador o el servidor público que le guste? ¿Metería las manos a la lumbre por alguno de ellos? ¿Apostaría 100 pesos a su honestidad personal y lealtad ideológica?
Por lo acontecido en las redes sociales, de los políticos mencionados el más confiable podría ser Andrés Manuel, no tanto porque hable con su pejeverdad sino debido a que encontró la forma de hacerse oír por quienes necesitan confiar en alguien aunque tergiverse la realidad. A pesar de las simpatías que lo impulsan, no debemos perder de vista que López Obrador tiene en contra a 31 millones de mexicanos que, obvio, no le concederían el beneficio de la duda. Otro tanto (o mucho más) tampoco confiaría en Peña Nieto. Y qué decir de Felipe, quien les gana a los dos si partimos de que en su gobierno aumentó el número de pobres a sesenta millones y sobre su espalda carga el lastre de la guerra que emprendió, misma que suma ya 50 mil o más crímenes sin resolver.
A donde quiero llegar es al hecho de que en México la política representa el desprestigio exacerbado, el mal necesario o la actividad donde medran los corruptos más corruptos de la sociedad. Son muy pocos los que se tragan la píldora que sueltan los políticos en campaña (siempre lo están). De ahí el boom del marketing político que, como bien lo sabe el lector, incluye las encuestas, amañadas o no, y desde luego muchas mentiras, por cierto nada piadosas, diría san Agustín.
Repito lo que he mencionado en otras entregas ya que sigue y seguirá vigente hasta que la verdad gobierne las mentes de los políticos. Me refiero al estilo de Joseph Goebbels, el genio maléfico de la propaganda cuyo eje se basó en repetir una mentira hasta convertirla en la verdad que incrustó en el cerebro destinatario. Entre otros de los dichos de este cabrón, destaca el siguiente: “El éxito de la Iglesia católica se debe a que ha repetido lo mismo durante dos mil años”. Y precisamente, bajo ese esquema manejó la imagen de Hitler.
Pero el alemán no es el único “mercadólogo” mentiroso que ha tenido éxito con los cuentos repetidos hasta el empacho. Hubo otros como Víctor Gollanez (1893–1967) o Lillian Hellman (1905–1984). El primero fue uno de los agentes de publicidad intelectual más destacados del siglo pasado. Y la segunda adquirió fama por ser una súper mentirosa que hizo de la invención una necesidad de sobrevivencia (“el descuido de la verdad llegó a ocupar un lugar central en su vida y obra”, dice su biografía). Víctor nunca pudo llegar al Parlamento inglés (su ambición personal); sin embargo, gracias a su oficio de panfletista se hizo rico y pudiente. En su caso, Lillian aprovechó la persecución de la justicia estadounidense que la acusó de perjurio, evasión fiscal y comunista (macarthismo) para promocionarse y vivir a expensas de la propaganda sobre su heterodoxa forma de vida.
¿Y cómo mienten los políticos?, preguntará el respetable.
Una de las formas se basa decirle a los electores que ellos forman parte de la democracia. Otra consiste en argüir que su riqueza es producto del trabajo honesto (ya escribí sobre la increíble capacidad de ahorro que ampara su estatus millonario). Una más la perpetran al asegurar que lo único que les importa es el bienestar del pueblo. La cuarta se sustenta en argumentar que su éxito es fruto de la “cultura del esfuerzo” (nunca dicen qué padrino hizo tal esfuerzo). La última de esta entrega: suelen presumir que nunca han hecho negocios amparándose en el poder.
Si alguien conoce a un hombre honesto (no sé por qué me acuerdo de Diógenes), le agradeceré que me diga su nombre. En tanto recibo propuestas anticipo y afirmo que yo sí conozco a uno; de él hablaré mañana, un personaje cuya vida, fama internacional y obra humanística han sido utilizadas para llevar agua al molino de los gandallas. Sí, adivinó usted, se trata de Gilberto Bosques Saldivar, a quien el 18 y 19 de julio el Congreso local le rendirá un homenaje. Seguramente lo sorprenderé.
Twitter: @replicaalex

domingo, 15 de julio de 2012

Políticos desprestigiados



Por Alejandro C. Manjarrez
En Puebla pasa todo. Es como una especie de crisol donde se mezclan el bien y el mal que existe en la política. Por eso algunos pobres que entraron a la cosa pública se volvieron ricos, condición ésta que les permitió "seguir en el ajo" e incluso, cuando la lumbre les llegó a los aparejos, con un pellizco a su riqueza, compraron lo que se conoce como impunidad, que no es otra cosa que una conveniente asociación entre el capital y el poder. “Si tú me cubres, yo te protejo”.
Si pensáramos con el optimismo que raya en la tontería, entonces tendríamos que suponer que también hay políticos cuya capacidad de ahorro es única, extraordinaria y hasta digna de figurar en los anales del mundo financiero. Esto porque desde pequeños deben haber empezado a ahorrar sus domingos invirtiéndolos a plazo fijo con rendimientos acumulados, capital e intereses que ya en la vida adulta incrementaron con sus salarios de servidor público, previsión que les permitió ser una especie de concubinos de la diosa fortuna. Ah, y sin gastar un sólo peso en su propio mantenimiento.
Pero si por el contrario analizamos tales riquezas con ánimo realista, sin vendas en los ojos pues, concluiremos que los políticos ricos que antes fueron pobres, lograron el éxito económico precisamente porque se corrompieron. Bueno, puede ser que alguno de ellos, al que por cierto no conozco, se haya sacado el Melate o recibido una inesperada herencia de algún familiar de sus parientes lejanos que vivieron allá en Tombuctú.
Me olvido de los Jiménez, García, López, Ruiz, Ramírez y demás apellidos que hicieron real lo que parecía un sueño guajiro, ya que su vida fue tan pobre como la del ejidatario marginado, o la de la vendedora de tamales, o la del taxista lleno de hijos, o la del obrero prolífico y explotado, o la de la familia de la lavandera de ropa ajena o, en el mejor de los casos, del sufrido burócrata padre de una prole numerosa. Y traigo a colación la suerte que rodeó a los últimos doce gobernadores, cuatro de los cuales nacieron, crecieron y se educaron en Puebla; a saber: Alfredo Toxqui Fernández de Lara, Gonzalo Bautista O’Farril, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, este último mejor conocido como el Precioso. Con la excepción de Toxqui, los tres restantes dejaron el gobierno estatal con el futuro de su familia (tres generaciones cuando menos) totalmente resuelto. El ejemplo más ostentoso es sin duda el de Marín.
El resto, o sea ocho gobernadores, pasando por los ya mencionados en el párrafo anterior, más Nava Castillo, Merino Fernández, Morales Blúmenkron, Jiménez Morales, Piña Olaya y Manuel Bartlett, vivieron la mayor parte de su existencia lejos de la tierra que gobernaron, ya sea porque siguieron la carrera de las armas, o bien porque estudiaron en universidades del extranjero o se formaron en la administración pública federal e incluso en la política nacional. Son los poblanos que abandonaron su terruño siendo niños o jóvenes para pasado el tiempo regresar como triunfadores, la mayoría de ellos sin la fortuna con la que concluyeron su mandato. Ninguno de los doce, que conste, fueron niños ahorradores.
La otra vertiente de políticos millonarios está constituida por quienes formaron parte del equipo de su gobernador, el jefe que los “salpicó” o que los hizo cómplices, socios o testaferros. Esta lista, obvio, es mucho más larga.
Los números no mienten
Hagamos, pues, un cálculo de los primeros diez años de vida productiva del político que a usted se le ocurra, el que supuestamente promedió 500 mil pesos de ingresos anuales.
Si a esa cantidad le restamos gastos familiares, vacaciones, colegiaturas, renta y demás egresos, quedaría el 20 por ciento, o sea 100 mil pesos. Esto siempre y cuando el tipo no se hubiese comprado ropa ni auto ni tuviera vicios u otro hogar que mantener. Así, en diez años lograría ahorrar un millón de pesos. Para los siguientes cinco años duplíquele ingresos, gastos, ahorro y la suma sería de tres millones de pesos de capital. Si hacemos lo mismo con el siguiente lustro, nuestro hombre ejemplar acumularía alrededor de siete millones de pesos, dinero que invertido en perjuicio de la buena vida, le hubiese permitido ser un político sui géneris, dueño de un capital aproximado de diez millones de pesos. Y conste que no compró casa y menos aun el auto lujoso anhelo de quienes ostentan un cargo público importante.
Ahora bien, si el lector conoce alguno de estos garbanzos de a libra, compárelo con los políticos mencionados y verá qué injusta es la vida. A Marín se le calcula una fortuna de entre quinientos mil y mil millones de dólares, cantidad que posiblemente podrían igualar dos o tres del resto de sus pares, siempre y cuando, claro, juntaran su riqueza inmobiliaria, accionaria y las inversiones bursátiles de cada uno de ellos.
Por eso, respetado lector, la política y los políticos están tan desprestigiados.
Twitter: @replicaalex 

miércoles, 11 de julio de 2012

La ubre presupuestal



Por Alejandro C. Manjarrez
Dejemos que unos sufran su derrota y que los otros festejen su victoria. Así que mientras se acomoda el ambiente post electoral, hay que divertirse con el ingenio de quienes buscan echar abajo el triunfo de Enrique Peña Nieto y la habilidad del equipo de éste cuya defensa se basa en la verdad jurídica que, diría un perito en derecho, es la única que vale ante los tribunales.
Sirva pues este momentáneo abandono de la política nacional para que usted y el que esto escribe veamos varios ejemplos de lo que representa no vivir en el error.
La vida pública de la familia Morales Flores, muestra lo que puede ser un acierto ya que tanto de Melquiades como Jesús y Fernando han sido parte de las nóminas del poder Legislativo federal y local, cuatro décadas nada más. El número es resultado de la suma de tiempo en las legislaturas locales y federales en que los tres han participado. Jesús regresa por su fuero.
Enrique Doger Guerrero llegará al Congreso de la Unión con el mejor bagaje intelectual. Es digamos que un diputado leído y escribido, vocación que lo llevó a ocupar por dos periodos seguidos la rectoría de la BUAP. Después fue alcalde de la capital del estado y legislador local. Si de la diputación federal brincara a la presidencia municipal, sería otro de los casos insólitos de Puebla, ya que sumaría tres cargos de elección popular al hilo y dos décadas como servidor público (incluyo su función como rector).
José Luis Márquez es más “modesto” ya que sólo ha sido presidente municipal de Zacatlán y diputado local. Ahora lo será federal con la votación más alta del estado y hará mancuerna con su padrino y paradigma Javier López Zavala, quien también fue diputado local y llega a la federal por la vía plurinominal. Entre estos dos amigos suman más de un cuarto de siglo de estar pegados a la ubre presupuestal.
Javier Lozano Alarcón no canta mal las rancheras. Ha sido funcionario público en regímenes de diferente bandería federal y también parte de la nómina poblana (trabajó con Melquiades Morales Flores). Llegará al Senado de la República con poco más de veinte años de caminar en los pasillos de las oficinas gubernamentales. Si acaso concluye su periodo senatorial (quiere ser parte del gobierno morenovallista para estar en las finales de la sucesión poblana) completaría las tres décadas de firmar como servidor público.
Blanca Alcalá Ruiz es otro caso de longevidad burocrática. Fue diputada local para enseguida ser titular de la Secretaría de Finanzas y más tarde ocupar la delegación de Banobras, cargo que le dio el bartlista José Luis Flores Hernández. Una vez concluido el último gobierno priista, Blanca se reintegró a la administración de Morales Flores (su “jefe” era Rafael Moreno Valle), ubicación desde la cual inició el proyecto que después de un intento fallido (elección interna priista) la llevaría a la presidencia municipal de la ciudad de Puebla. Igual formó parte del gabinete de Mario Marín. Alcalá llegará a la Cámara Alta para reencontrarse con Manuel Bartlett, su adversario en la última lucha electoral. Dos décadas de aprendizaje y práctica, lapso en el cual recibió las “caricias” políticas de Bartlett, precisamente, así como el espaldarazo de Melquiades y la oportunidad de Marín Torres. Como buena tecnócrata, desde hace ocho años programó su llegada al Senado de la República.
Manuel Bartlett Díaz repetirá en el Senado después de haber sido secretario de Gobernación, Educación Pública y gobernador, además de otros cargos públicos medianos y de medio pelo. Casi cincuenta años en su haber burocrático, trayecto en el cual él hizo diputados, gobernadores y senadores.
Lucero Saldaña llegó por primera vez al Senado debido a que fue la suplente de Rafa Cañedo, cuya muerte sorprendió a todos. Lo curioso es que Rafael y Germán Sierra intercambiaron suplentes sin imaginar que de ese extraño enroque saldría una senadora. Lucero hizo bien su papel de “patricio”. Asimismo fue diputada local y dos veces federal, además de haber trabajado en la Secretaría de Agricultura y fundar el Instituto Poblano de la Mujer. Suma tres décadas de experiencia en el sector público.
Estos son, pues, algunos de los poblanos que serán legisladores. Si el lector hace la suma de los años verá que entre todos acumulan más dos siglos de formar parte de las nóminas oficiales. Diría César Garizurieta: estos sí que nunca han cometido el error de vivir fuera del presupuesto.
Lo paradójico sería que los mencionados legislaran para que en México exista la reelección.
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martes, 10 de julio de 2012

¿Manipulación o incongruencia de López Obrador?



Por Manola Álvarez Sepúlveda

Con todo respeto, como diría irónicamente Andrés Manuel López Obrador, ya basta de que esté manipulando la desinformación y la lealtad de sus seguidores.

Se la ha pasado diciendo en sus ruedas de prensa que no ha violado el compromiso de civilidad que firmó en el IFE, porque está usando los cauces legales para impugnar la elección “fraudulenta, inequitativa, comprada, etcétera, etcétera”. Su coordinador de campaña Ricardo Monreal, quien presume ser un “magnífico abogado”, dijo a la prensa que el IFE no había querido abrir todos los paquetes electorales porque seguramente tenían mucho que ocultar. Esto cuando él conocía perfectamente que el artículo 295 inciso d de la ley electoral, establece los casos en que deberá realizarse nuevamente el escrutinio y computo, y solamente en esos supuestos; que se puede solicitar al Tribunal Electoral el recuento de votos en las casillas que no hayan sido objeto de dicho procedimiento en los consejos distritales, pero el IFE no puede hacerlo solo porque lo pida un candidato.

El objeto de esta manipulación de la verdad jurídica, no es otro que exacerbar el enojo de sus seguidores y hacerlos que esperen lo que no va a suceder. Ya se terminó el computo distrital y se abrieron paquetes para el conteo voto por voto de más de la mitad de las casillas, y el resultado fue el mismo que dio el PREP y el conteo rápido. Las modificaciones les dieron algunos votos más a todos los candidatos: Peña Nieto 38.21%, 19 millones 226 mil 784 votos; López Obrador 31.59%, 15 millones 896 mil 999 votos y Vázquez Mota 25.41%, 12 millones 786 mil 647votos. Esto da una diferencia a Peña Nieto de 3 millones 329 mil 785 sobre López Obrador.

En las redes sociales se manejó que en la madrugada del día dos de julio se desaparecieron dos millones de votos para el Peje, que había cientos de actas que se subieron al PREP quitándole votos al candidato de las izquierdas y hasta que el FBI había encontrado un tráiler cargado con 3 millones de votos cruzados a favor de Peña Nieto. Y claro sus seguidores, jóvenes en su mayoría, lo creyeron.

Las causales de nulidad de una elección presidencial son; que no se abra el 20% de las casillas, que las inconsistencias en las casillas no se corrijan en el conteo distrital en un 25%, o que el candidato no sea elegible. Como se ve no fue el caso de esta elección. La compra de votos en el caso de que exista y se pruebe no es causal de nulidad ni la falta de equidad.

No creo que sea responsable participar en una contienda de la que se conocen las reglas y los árbitros, casi al final de la jornada firmar un compromiso para respetar los resultados y a las instituciones, y al momento de resultar perdedor por más de 3 millones de votos, no 250 mil como sucedió en el 2006, decir que la elección estaba llena de inequidad desde el principio, que los consejeros del IFE son corruptos y flojos, que no hacen su trabajo y que el presidente del Tribunal Electoral va a ser “recusado” porque está comprado por sus adversarios, igual que en el 2006. O se respetan los resultados aunque no nos favorezcan, o no se participa y se organiza un levantamiento armado con el caudillo a la cabeza, pero no lanza a la contienda a sus leales y desinformados seguidores llenándolos de odio y aprovechándose de su desesperación por la extrema pobreza y la inequidad que el actual gobierno propició y al cual, por cierto, el candidato rebelde nunca atacó ni cuestionó.

Los seguidores del Peje están enardecidos y llenos de odio contra Peña Nieto y las televisoras. La razón: las arengas que éste les dedicó. No aceptan que más de 30 millones de electores escogieron opciones contrarias a la suya. Como su gurú les dijo que esos son masoquistas, comprados o corruptos con un absoluto desprecio a la democracia y falta de respeto, ellos lo creen y se dedican a insultar en las marchas y en las redes a todo el que difiere de sus preferencias políticas, se suben a la estela de luz e irrumpen en la boda de un actor de Televisa y hasta amenazan con tomar las armas.

Los gobiernos de izquierda como Venezuela, Francia, Cuba, y China, han reconocido como Presidente electo a Peña Nieto y no a López Obrador.

En esta su estrategia de incongruencias y manipulaciones se está quedando solo. La izquierda moderna lo ha dejado. No vemos junto a él en sus ruedas de prensa llena de epítetos contra el “inmoral” de Peña Nieto, ni a Marcelo Ebrard, ni a Miguel Ángel Mancera, ni a Manuel Camacho, ni a Cuauhtémoc o Lázaro Cárdenas, ni a Graco Ramirez, ni a Arturo Nuñez. Tampoco hemos visto que los gobernadores, los senadores o los diputados hayan protestado y se nieguen a recibir sus constancias de mayoría de esta elección “vergonzosa y comprada”. Todo parece indicar que están esperando que se canse y se vaya a su finca de Tabasco para que los deje trabajar y utilizar la enorme ganancia legislativa que obtuvieron en esta elección para influir en las reformas que se vayan a efectuar e impedir que el PAN ocupe el lugar que tuvo en este sexenio el PRI.

En Puebla parece que el gobernador tiene un especial “don” para hacer acuerdos y negociaciones políticas. Todo le salió como lo planeó. A Peña Nieto le dio 12 diputados federales y un empate técnico con López Obrador. Para que el PAN no se enojara tanto consiguió que tres de los distritos de la capital y uno de Cholula los ganaran y, además, que Javier Lozano Alarcón quedara en segundo lugar para que como primera minoría obtuviera su escaño en el Senado. A su detractor Bartlett lo mandó al tercer lugar perdiendo en el estado que gobernó, aunque llegará como plurinominal. Y los tránsfugas del PRI le dieron al PANAL el número de votos necesario para conservar su registro.

Los que no creyeron en la fuerza del PRI y decían que estaba desfondado totalmente, quedaron fuera de él considerados como traidores por sus antiguos correligionarios. No ganaron nada electoralmente. ¿Los compensarán con cargos en el gobierno estatal o con recursos para que continúen su carrera política en algún otro lado? Ya veremos.

alvarezenriqueta@hotmail.com

domingo, 8 de julio de 2012

El nuevo atracadero de Moreno Valle


Por Alejandro C. Manjarrez
Para Carlos Alazraki, buen publicista y mejor charlista, Andrés Manuel López Obrador ya se chingó porque “la ley es la ley”. Palabras más, palabras menos, así se lo expresó a un grupo de jóvenes cuando éstos le preguntaron su opinión sobre la lucha post electoral del candidato de las izquierdas.
Lo curioso es que la sentencia del autor de la frase: “dele un madrazo al dedazo”, coincide con el criterio general, incluido el de los líderes de la izquierda latinoamericana, supuestamente partidarios de AMLO. De ahí que Hugo Chávez y Raúl Castro, por ejemplo, hayan hecho contacto con Enrique Peña Nieto para felicitarlo por el triunfo en las elecciones presidenciales. Y eso, creo, debe haber lastimado a Andrés Manuel, más incluso que el dolorcillo que le produjeron los gobernadores triunfantes del PRD –incluido Miguel Ángel Mancera–, quienes se dejaron acariciar por el priista satanizado por él, por su grupo y por los cientos de miles de muchachos entusiasmados con las protestas del tabasqueño.
Pero como palo dado ni Dios lo quita, dejo para otro momento el tema Morena-AMLO y me aboco a dilucidar el futuro político de Rafael Moreno Valle Rosas, gobernador de Puebla y activo jugador en esta novedosa y controvertida feria política nacional. Antes permítame el lector referir parte de uno de los discursos que Rafael pronunció siendo priista y secretario de Finanzas y Desarrollo Social, palabras que, espero, apoyarán mi conclusión:
… en la política es fundamental la experiencia. Y entendemos que ésta no se obtiene con títulos universitarios. No hay estudios en el extranjero que valgan si uno no ha salido al campo y se ha empolvado los zapatos. Así lo entendemos y por ello reconocemos a aquellos de quienes hemos aprendido este oficio de servidor público. A nuestros maestros en la vida. A los experimentados
Sabemos que la política es escuchar, es conjugar experiencia con innovación. Es acercarse a la gente, entenderla, comprenderla y apoyarla. Sabemos que hacer política es servir no sólo administrar…
Con estos conceptos, el entonces miembro del gabinete de uno de los priistas más priistas del país (Melquiades Morales Flores, obvio), medio se alejó de la definición de Mario Vargas Llosa dedicada a los economistas u hombres del capital egresados, precisamente, de las universidades cuya esencia académica proviene del neoliberalismo. Puede ser. Lo interesante del caso está en que Moreno Valle aparentaba rechazar la asfixia que producen “los estereotipos que privan de lucidez a las inteligencias”. Incluso, por qué no, puede ser que hasta haya decidido abandonar el pragmatismo que forma parte de su preparación profesional para, en ese momento, hacerse pasar como uno de los servidores públicos que caminan sobre las huellas del líder o del gobernante al que sirven con mansedumbre a pesar de su “populismo”. O quizá estaba convencido de la necesidad de escuchar y, como lo dijo en el 2002, conjugar experiencia con innovación; acercarse a la gente para entenderla, comprenderla y apoyarla; y hacer política para poner al servicio de los demás el resultado de una buena administración.
Con ese derrotero condujo su barco hacia puertos seguros hasta que ancló en el de Elba Esther Gordillo primero, y después en el de Felipe Calderón, cada astillero con distinta bandería. Ya lo sabe el lector pero debo subrayarlo: conquistó a los dos y les reconoció sus enseñanzas variopintas, además de adoptar sus proyectos.
Ahora hay otro puerto al cual ya enfiló su nave. Es el de Enrique Peña Nieto, aventura que le exige reinventarse para, sin el riesgo de pasar como traidor a las causas que ha defendido, apostarse en el nuevo atracadero.
Como en su tiempo lo hicieron los piratas del Caribe (sin ánimo de ofender o endilgarle el calificativo), Moreno Valle habrá de venderse como lo que es: un político moldeable; un guerrero apasionado por la causa que le convenza; un capitán rodeado de estrategas de chile de dulce y de manteca; un conquistador cuyo encanto doblega a los espíritus más complicados y rebeldes; un navegante experto en sortear aguas broncas y mares calmos; un versado en la cosa pública; un hombre cuyo pragmatismo le permite ponderar para adaptarse a cualquier ideología… O a ninguna.

Pero también deberá reinventarse (y le urge) como gobernador de los poblanos para abandonar (aunque sea de mentiritas) su proyecto presidencial. Esto además de reconquistar a sus gobernados mostrándose incluyente, comprensivo, amable, pacificador, tolerante y amigable; como en su tiempo lo fue el mandatario al que dedicó el discurso referido. Sólo así podrá aprovechar la ventaja que tendrán los otros gobernadores que, como él, a partir de 1 de diciembre serán oposición: el nuevo Presidente llegará al poder obligado a legitimarse como tal...

Twitter: @replicaalex

jueves, 5 de julio de 2012

Manos negras en el PAN


Manuel Gómez Morin y Luis Cabrera Lobato. Convención 1946
Por Alejandro C. Manjarrez
Dándole vueltas al problema del PAN concluyo que son varias las causas. Una de ellas, la generacional; otra, el machismo que aún prevalece como fenómeno político; la tercera, las luchas internas por la ambición que surgió el día en que ganaron la Presidencia; la cuarta, la mano negra que se les coló; la quinta, el amiguismo del presidente Felipe Calderón; y la sexta, quizá la más importante, el pésimo manejo de la campaña electoral que produjo los errores en el diseño de la imagen de su candidata.
Días de gloria
En 1952, cuando Efraín González Luna se auto etiquetaba como candidato a la presidencia de México, el proselitismo panista adquirió el estilo que tuvo durante décadas, hasta que, como lo sugiere Ana Teresa Aranda, Rafael Moreno Valle apareció en las negociaciones entre Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón. Antes de este evento su consolidación estuvo a cargo de José de la Luz León y Marcos Mastretta. Más tarde se incorporaron Luis Hinojosa González, Manuel Iñíguez, Manuel Castillo Miranda y Jesús Bravo Cid de León. Para la década de los setenta, los hombres más populares fueron Miguel López y González Pacheco y Miguel Fernández del Campo Machorro.
En 1971 apareció en la escena albiazul Roberto Cañedo Martínez, para disputar la alcaldía de Puebla. Según se dijo, don Roberto le ganó a Gonzalo Bautista O’Farril; sin embargo, al final de cuentas, el priista fue presidente municipal. Años después entrevisté al doctor y para justificarse me confió que Cañedo y él concertaron e hicieron un pacto de caballeros.
La enjundia de Cañedo contagió a su hijo Alejandro. Y oh sorpresa: éste ganó por primera vez para el PAN la diputación federal de mayoría, triunfo que le sirvió para ocupar la jefatura regional de su partido. Poco después, en Tehuacán, el PAN empezó a tener influencia electoral porque se convirtió en el canal donde se expresó el descontento de los ciudadanos molestos con los gobiernos, municipales y estatal. A ello se debe que en 1973 el mencionado Alejandro ganara la diputación, igual que Miguel Fernández del Campo (padre del priista Pablo Fernández), éste último con la votación más alta de la oposición en el país (superó los 50 mil votos). La representación de Acción Nacional aumentó gracias a la reforma política del presidente Luis Echeverría Álvarez: llegaron al Congreso de la Unión 25 diputados panistas.
Después empezaron los fraudes a cargo de los alquimistas del gobierno. El ambiente político transformó a Puebla en un campo de batalla donde la metralla fue verbal y mediática. De aquellas confrontaciones quedan muchos recuerdos que, al parecer, olvidaron los integrantes de la nueva generación panista. Ahí están Francisco Fraile García, Ana Teresa Aranda Orozco y Humberto Aguilar Coronado, por sólo citar a tres de los panistas sufridores y leales a la causa inspirada por Manuel Gómez Morín. Ejemplos:
Propuesta indecorosa
Fraile se volvió sordo ante el canto de las sirenas cuando el entonces gobernador Manuel Bartlett le dijo que fuera candidato a la alcaldía, garantizándole que ganaría la elección: con esa actitud impidió que su partido abandonara la democracia, que entonces era su baluarte (hoy es retórica). Ana Teresa puso en acción su proyecto de resistencia civil (escuela de la hermana de Calderón) hasta que logró recuperar Huejotzingo, después claro de aquella arrastrada frente al Palacio de Gobierno de Puebla. Y Aguilar se enfrentó y resistió las truculencias de Mario Marín, cuya intención fue desprestigiarlo valiéndose de acciones tan ruines como estúpidas (mano negra de Mario Marín): Humberto no ganó la elección por el fenómeno que produjo muchos votos a los candidatos del PRD, algunos astutamente financiados por el gobierno, precisamente para que le quitaran votos al PAN y pudiera ganar el PRI.
Ambición y olvido
Apareció la pléyade de jóvenes que, como siempre ocurre, vieron con desprecio a la “vieja guardia”. Incluso, algunos de ellos se dedicaron a criticar el “estilo vetusto” de quienes habían abierto la brecha. Las condiciones del país permitieron a esa chamacada acceder a cargos de elección popular para unos sentirse elegidos de Dios y otros con las orejas de Éste en sus manos. La coyuntura fue, sin duda, el desprestigio de la política y, especialmente, del PRI gobierno. En fin, son hechos harto conocidos. Tal vez inspirados en la actitud de Fox primero y después en la de Calderón.
El actual Mandatario creó al grupo cuya función aparente fue eliminar de la escena del poder a “viejos” panistas como Santiago Creel, Diego Fernández de Ceballos y otros más con pedigrí y talento. Quiso crear a la generación que lo sucedería. Pero al morir su principal carta (Juan Camilo Mouriño) perdió el equilibrio político y empezó a jalar de aquí y de allá en vez de apoyarse en esos “viejos” panistas que le habrían ayudado a sacar al buey de la barranca. Intentó eternizarse valiéndose de sus “alumnos” en política y elecciones. Y colocó al PAN en el peor de sus momentos históricos.
La pastora
Hábil y ambiciosa, Josefina percibió la oportunidad y la aprovechó valiéndose de su información y de la complicidad de una parte del equipo de Calderón. Ganó la interna y fue la candidata que todos vimos: capaz e inteligente pero muy mal asesorada por los jóvenes a quienes les faltó madurar. A las primeras de cambio, Roberto Gil, su inteligente coordinador, mostró su inexperiencia o, como dijo Bernard Shaw, que la juventud es un mal que sólo se cura con los años.
Con la clase política resentida y marginada por la nueva generación, empezó la debacle de Acción Nacional. El “ráscate con tus uñas” fue la respuesta, incluso la del propio presidente cuyo candidato (Ernesto Cordero) perdió la interna. Lo peor llegó cuando dos de los marginados abandonaron a Josefina para irse con Enrique Peña Nieto. Vicente Fox y Manuel Espino provocaron el daño que suele producir el escándalo. Pudo haber sido la puntilla mediática que hirió de muerte a quien utilizó a los medios para tratar de posicionarse valiéndose de su estridencia pastoral y sus chambonas ocurrencias que, supongo, fueron recomendadas por los genios que menospreciaron al elector y por ende a los adversarios. Curiosamente, Gabriel Quadri o Elba Esther, que es lo mismo, le salvó el prestigio a Josefina Vázquez Mota al “permitirle” quedar en la tercera posición, no así en la última. De cualquier manera la Señora perdió y, paradójicamente, hoy se muestra como la salvadora de su partido.
Ya escuchamos la voz de Ana Teresa Aranda. Faltan las opiniones de Fraile y Humberto quienes deberán decir a sus correligionarios, si coinciden o no con lo que dijo Ana Tere, o si tienen otra forma de pensar sobre la “mano negra” que representa el panismo de Rafael Moreno Valle, hoy gobernador pluripartidista.
Twitter: @replicaalex