domingo, 10 de junio de 2012

El Gobernador de luces y sombras


Por Alejandro C. Manjarrez
Ya lo había dicho y el viernes anterior se confirmó: Rafael Moreno Valle es el gobernador que impulsará a la prensa aun, que conste, sin habérselo propuesto e incluso en contra de su voluntad.
No levante la ceja, respetado lector. Enseguida me explico y usted decidirá si estoy en lo cierto o me equivoco.
La publicación de la lista de “convenios” abrió la caja de Pandora o, para dar un giro a esta gastada metáfora, la “caja del Precioso” que –igual que el relato mitológico– también tiene dentro muchos de los males, entre ellos el peor. Me refiero a los prestanombres.
La “jalada de cobija” propiciada por la demanda de transparencia que produjo reacciones extrañas en el seno del gobierno –entre ellas la publicación de la lista de marras–, logrará que una parte de la prensa poblana (la que tiene el respaldo ético) rompa, si los hubiere, con cualquier compromiso con el poder, lazo que podría estar basado en la publicidad. Esto me lleva a suponer que el periodismo local ahora está más que obligado a mejorar su información y hacerlo bajo dos premisas, viejas por cierto: informar sin tamices y con veracidad, y no vender su criterio escudándose en el disfraz de la publicidad o con la máscara de la inserción pagada.
Lo curioso es que esa “jalada de cobija” coincidió con la indignación social que hizo caer la credibilidad de Televisa y TV Azteca, acciones que por haber sido difundidas en exceso causarán, sin duda, un daño irreversible a lo que antes fue la “conveniente” relación entre los gobernantes y las televisoras. Ahí sí que funcionaba aquello de que te pago para que no me pegues, detalle que ampliaré líneas abajo.
Bueno, ya sabemos cómo se las gasta el gobierno para intentar ejercer su control sobre los medios de comunicación. Ahora veamos de qué está hecho el periodismo o los periodistas. Para ello parto de frases que rescaté de alguna de mis columnas publicada hace dos lustros, precisamente para conmemorar el 7 de junio.
Sin dedicatoria
La prensa es refugio de personas cuya intención se centra en comunicar ideas. Por eso hay colaboraciones académicas y políticas de trascendencia y también las formativas.
La prensa es el espacio ideal para quienes buscan reinventarse y quieren escapar de la soledad que provoca el silencio. Esta simbiosis produce diversos tipos de aportaciones, desde las espirituales hasta las que se basan en lo cognitivo.
La prensa es el punto de partida para aquellos que quieren enriquecer su cultura, aprender a comunicarse y abordar la literatura. Dicho con otras palabras: puede ser la escuela que forma intelectos como, por ejemplo (cito al caso más palmario), Gabriel García Márquez.
La prensa es la fuente de satisfacción de personas ávidas de dinero e inmunidad. O sea de aquellos que teniéndolo todo (o casi todo) buscan un medio o vehículo para usufructuar el llamado cuarto poder acercándose o haciéndose cómplice del gobernante.
La prensa es el bunker de la impunidad que suele basarse en ejercer la libertad que consagra la Ley. Por ello se manifiestan (por ventura cada vez menos) las personas chicas, grandes o medianas que hacen “periodismo” basándose en el infundio y la burla, injuria, afrenta, descaro, cinismo, denuesto, mentira o las medias verdades.
La prensa es el aparador que muestra la inmundicia producto de rumores, maledicencia, amargura, resentimiento y resabios sociales. Por desgracia abundan las muestras que así lo establecen.
La prensa es el vínculo para que la humanidad se comunique. Hoy lo hemos confirmado en virtud a los efectos producto de las redes, mismas donde, debo decirlo, hay quienes con frecuencia caen en los negativos enunciados arriba.
La prensa es el crisol donde se templan famas o se calcinan prestigios, en ambos casos de uno y otro lado. Abundan los verbigracia.
El dinero del pueblo
Ahora retomo lo de la credibilidad de las televisoras:
Precisamente por las redes sociales, el pueblo también “jaló la cobija” a los políticos que apostaron a este tipo de promoción, el mandatario poblano entre ellos. Gracias pues a esta que fue una agradable sorpresa, es casi seguro que no vuelva a ocurrir el efecto Peña Nieto; es decir, que cesen las millonarias inversiones para la promoción televisiva de imágenes personales diseñadas con la intención de hacer presidenciables. Y este fenómeno me lleva a otro escenario que lo pergeño para después abordarlo con amplitud, cuando nos lo permita el post debate.
Destapada o no en sus “intimidades”, de la prensa local dependerá que Rafael Moreno Valle no interrumpa su proyecto 2018. Necesita de ella y, paradójicamente, ella no necesita de él. Por eso creo que cambiará su estilo para valiéndose de su inteligencia eliminar las fobias y las filias que lo hacen un gobernador de alto contraste, de luces y sombras.
Twitter: @replicaalex