miércoles, 6 de julio de 2011

Luis, Rafa y Fernando

Luis, Rafa y Fernando
Por Alejandro C. Manjarrez
Las menciones sobre la posibilidad de que Luis Banck Serrato se incorpore al gobierno poblano, más que interés, han logrado despertar el sospechosismo. La razón de esas apreciaciones, digamos que suspicaces, derivan de su posición en la aseguradora  MetLife donde hasta hace poco fungía como el encargado de negocios oficiales. Dicho recelo se centra en la siguiente cuestión: si Luis intermedió para que el gobierno morenovallista contratara los seguros con su empresa, ¿cómo se justificaría su incorporación al equipo que por ser él le otorgó ese contrato?
La respuesta a la pregunta es contundente: no hay justificación si partimos de que Luis, Fernando Manzanilla Prieto y Rafael Moreno Valle Rosas formaron el triunvirato que llevaría a “Rafa” –como le dicen– al poder que hoy ostenta, cargo que, esperan, sirva de trampolín para brincar al siguiente estadio, o sea la Presidencia de México.
Antes de abundar sobre el tema, comparto con el lector lo que ocurrió cuando Ignacio Ramos Praslow fungía como director de la Aseguradora Hidalgo, institución gubernamental que, gracias a los perversos oficios empresariales de Vicente Fox, fue privatizada y hoy es MetLife, curiosamente.
Ramos Praslow convirtió a la Aseguradora Hidalgo en uno de los principales negocios del gobierno de la República, ya que esta empresa llegó a ser la institución de seguros más redituable y con el mayor número de asegurados. Esto porque entre su clientela estaban todos los burócratas del gobierno federal, todos los maestros del SNTE y la CNTE y todos los empleados de paraestatales y organismos descentralizados, tal y como lo estableció el decreto presidencial correspondiente.
Como trabajé con Ignacio Ramos Praslow y lo conocí bien y me compartió parte de sus experiencias, le puedo asegurar que si hubiese visto lo que ocurrió con la Aseguradora Hidalgo, habría dicho con el talante y desparpajo que acostumbraba:
“Ya ve compañero: nadie sabe para quién trabaja. La Revolución reculó, la corrupción y la impunidad prevalecen y los culeros han vuelto a ganar…”
Vuelvo al caso Luis Banck:
Luis es sin duda un hombre talentoso. Aprendió la política cuando fue llamado a colaborar con el equipo de Colosio. Entre otras cosas se encargaba de cuidar que la agenda del candidato no se contaminara con la presencia de personas non gratas (los capos entre ellos) o virtualmente sospechosas. Allí estuvo hasta que ocurrió el asesinato. Llegó Zedillo a la candidatura dispuesto a vengarse de los colosistas que lo habían marginado e incluso minimizado. Fernando Manzanilla fue parte del grupo de jóvenes que ayudaban al entonces satanizado coordinador de la campaña. Así que horas después de que ocurrió el crimen y el consecuente relevo, Fernando y Luis validaron el pacto que habían hecho para ayudarse en la posición en que se encontrasen. Y siguieron siendo cuates, amistad que hasta la fecha perdura.
De ahí que Manzanilla lo haya invitado a incorporarse a la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social, entonces a cargo de Rafael Moreno Valle. Y por ello la cercanía amistosa y profesional de los tres.
Aquella gestión fue harto laboriosa y por ende comprometida con la intensa dinámica del incansable jefe Secretario. Comían y respiraban por necesidad y siempre dispuestos a interrumpir su vida privada para cumplir con las órdenes de Rafa, señor de su tiempo y pensamiento. Ocurrió lo que ya sabemos y los cuates quedaron casi dueños de sus espacios personales. Cada cual se fue por su lado pero sin abandonar el proyecto Moreno Valle. Luis ingresó al Ayuntamiento para meses más tarde huir y contratarse como jefe de asesores de Javier Lozano, secretario del Trabajo, razón por la cual siguió metido en la dinámica del poder hasta que…
Un día de Dios escuchó la oferta de MetLife. “Serás el responsable de las cuentas de gobierno”, deben haberle dicho antes de informale la cantidad que ganaría. Cuando escuchó la cifra vio lo que parecía el paraíso laboral que le iba a permitir una mejor convivencia con su hija y esposa, sus seres queridos que habían sufrido las exigencias del trabajo burocrático. Lo veían sí, pero entre sueños y desmañadas. Por eso decidió alejarse de la brida que impone la vida pública.
¿Regresará Luis al entorno laboral de Fernando y Rafael?
Yo apostaría a que no. Empero esto no quiere decir que abandone la relación ahora enriquecida con el plus del negocio de seguros, actividad para Banck harto productiva. Lo asevero partiendo de que en este momento su familia debe ser mucho más importante que cualquier cargo en la administración morenovallista.
La de los tres brothers es, pues, una amistad que perdurará con todo y sus asegunes y suspicacias. Ellos sí saben para quién trabajan; ninguno padece del prurito que acongojaba a los revolucionarios del México nacionalista e independiente, estilo que, como lo apunto líneas arriba, resalta las absurdas paradojas producto del poder asociado con el capital.
Twitter: @replicaalex